
5 barreras que explican por qué el 80% de los emprendimientos en España fracasan en menos de tres años
Un panorama complicado para emprender
Emprender en España sigue siendo una apuesta valiente, pero llena de obstáculos. Aunque cada vez más personas se animan a lanzar su propio proyecto, la realidad es contundente: el 80 % de los emprendimientos no superan los tres años. Así lo reflejan los datos de TBS Education y Legálitas Negocios, que han identificado los principales retos que ponen en jaque al ecosistema emprendedor.
Costes iniciales que frenan el impulso
Uno de los mayores obstáculos es el desembolso económico que supone comenzar. El 42 % de los emprendedores señalan el coste como el principal freno. Equipamiento, alquiler, inversión en tecnología y la cuota de autónomos son cargas difíciles de asumir sin ingresos consolidados.
Burocracia excesiva y trámites lentos
La burocracia es otro gran problema. Según los datos, un 40 % de los emprendedores afirma que los trámites administrativos ralentizan sus inicios. Constituir una sociedad, obtener licencias o abrir un local comercial requiere tiempo, paciencia y recursos que no todos tienen.
Formación práctica: una gran asignatura pendiente
TBS Education insiste en que tener una buena idea no es suficiente. La falta de conocimientos fiscales, legales o financieros puede llevar al fracaso. Las escuelas de negocios tienen el reto de preparar a los emprendedores con programas realistas y aplicados al entorno empresarial.
Falta de asesoramiento jurídico
El 10 % de los encuestados por Legálitas reconoce que las dudas legales bloquean sus decisiones. ¿Autónomo o sociedad? ¿Qué obligaciones fiscales existen? La falta de apoyo legal desde el inicio puede hacer tambalear proyectos viables.
El miedo al fracaso sigue muy presente
El estigma del fracaso todavía pesa mucho. Muchos emprendedores que no logran sacar adelante su primer negocio no vuelven a intentarlo. Sin embargo, cada vez hay más voces que defienden una visión diferente. Como Juan Gasca, fundador de Financial Club, que recuerda: “al ser joven lo tomé como una experiencia de aprendizaje acelerada”.
Cambiar la cultura emprendedora
Para reducir el fracaso empresarial es necesario fomentar una cultura más favorable al emprendimiento. Esto implica simplificar los trámites, reducir costes, mejorar el acceso a la formación y normalizar los errores como parte del proceso. Porque emprender no es solo crear empresas, también es aprender a levantarse.