Camarada empresario/a,
Si me dieran un euro por cada vez que alguien me ha dicho “lo que necesito es más ventas”, ya tendría un chalet en la playa. Y el “Lambo” en el garaje. Pero resulta que muchas veces lo que creen que necesitan, no es lo que de vedad necesitan.
Toda empresa —la tuya, la mía, la de Elon Musk y la de la vecina del quinto— vive para hacer dos cosas:
– Vender.
– Cumplir la promesa (entregar producto/dar sevicio).
Y si alguna de esas dos no funciona, lo demás es ruido, y la empresa tiene los días contados.
Y aquí está la clave: o estás restringido por demanda (no vendes lo suficiente) o por oferta (no puedes entregar lo que vendes).
En mi día a día, acompaño a empresas que están en cualquiera de los dos extremos. Y créeme, saber dónde tienes la restricción principal te cambia la vida.
Para ponerlo en contexto, te cuento sobre algunas empresas (con nombres ficticios para preservar anonimato).
Echa un ojo, y dime si no te suena:
Caso A: “El Obrador de Belén”
Belén hace el mejor pan de masa madre en su ciudad. Objetivamente. De esos que crujen y huelen a gloria. Pero no tiene tienda online, no capta clientes nuevos y el Instagram lo lleva su sobrina… cuando se acuerda. ¿Su problema? Está limitada por demanda. Tiene producto, pero nadie lo ve.
Solución: un plan de captación (tienda online, redes con contenido, alianzas en hoteles boutique cercanos…). Sin ventas, olvídate de expandirte.
Caso B: “Rotu-Express”
Su gerente, Tomás, me llama hace un año porque iban desbordados. El comercial no paraba de cerrar presupuestos, pero el equipo técnico iba a remolque, con clientes enfadados y jornadas maratonianas. ¿La raíz del problema? Restricción en la oferta. Venden más de lo que pueden entregar.
¿Solución? Mejorar procesos, estandarizar servicios, formar equipos, y aprender a decir que no hasta que puedan decir que sí con garantías. Y de paso, revisar la estrategia de precios: a lo mejor vale la pena trabajar lo mismo, o menos, y ganar más (guiño, guiño).
Por eso, identificar tu cuello de botella hoy es la terapia esencial:
Porque la restricción cambia. Hoy te falta demanda, mañana te ahoga la producción.
Espero que leas esto tomándote algo fresquito, que respires y te respondas:
¿Mi empresa necesita vender más o entregar mejor?
Brindo por tus éxitos.
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