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La importancia de una correcta redacción de los estatutos sociales en la constitución de una sociedad mercantil

La constitución de una sociedad mercantil marca el nacimiento jurídico de una organización que aspira a desarrollar una actividad económica de forma estable. Sin embargo, más allá de la escritura pública y del trámite registral, el verdadero pilar sobre el que se asienta la vida de la sociedad son sus estatutos sociales. Estos no son un mero requisito formal: constituyen la “constitución interna” de la empresa, el marco normativo que regirá su funcionamiento, su gobierno y las relaciones entre socios y administradores.

Con frecuencia, en el momento fundacional se tiende a utilizar modelos genéricos de estatutos, redactados de forma apresurada o sin adaptación a las peculiaridades del proyecto empresarial. Esta práctica, aparentemente inofensiva, puede generar graves consecuencias en el futuro: conflictos de gestión, bloqueos en la toma de decisiones, discrepancias sobre el reparto de beneficios o sobre el derecho de transmisión de participaciones. En definitiva, problemas que podrían haberse evitado mediante una redacción más técnica y previsora.

Los estatutos deben equilibrar flexibilidad y seguridad jurídica. Por un lado, deben permitir a la sociedad adaptarse a las circunstancias cambiantes del mercado; por otro, ofrecer estabilidad y reglas claras que eviten interpretaciones ambiguas. Aspectos como la forma de convocatoria y celebración de las juntas, el régimen de mayorías, la composición y poderes del órgano de administración, o las limitaciones a la transmisión de participaciones, requieren un tratamiento preciso y coherente con la voluntad real de los socios fundadores.

Asimismo, conviene tener en cuenta que los estatutos sociales son de obligatoria observancia para todos los socios, y su incumplimiento puede acarrear la nulidad de los acuerdos adoptados en contravención de sus disposiciones. De ahí la importancia de prever mecanismos de resolución de conflictos, cláusulas de arrastre o acompañamiento, y, especialmente, reglas que protejan a la sociedad frente a la entrada de terceros no deseados.

Una redacción profesional de los estatutos no solo previene litigios, sino que refuerza la imagen de solvencia y organización interna ante bancos, inversores o potenciales socios. Además, unos estatutos claros facilitan futuras operaciones societarias, como ampliaciones de capital, transmisiones, fusiones o modificaciones estructurales.

En conclusión, los estatutos sociales no deben entenderse como un simple documento accesorio, sino como un instrumento estratégico esencial. Invertir tiempo y asesoramiento especializado en su redacción es una garantía de estabilidad, transparencia y éxito a largo plazo para cualquier sociedad mercantil. En MGR abogados estamos a tu disposición para ayudarte en la redacción de unos estatutos sociales adecuados a tu proyecto empresarial.

José Antonio Molina Garrido

Abogado en ejercicio desde 2.003, cotitular del despacho MGR abogados desde el año 2.011. Licenciado universitario en la Universidad Complutense , habiendo cursado los estudios en el Centro Universitario San Pablo Ceu en Madrid. Master en Viabilidad Empresarial en Concurso de Acreedores impartido por la Universidad de Málaga, año 2.009.Curso de Mediación impartido por la Cámara de Comercio año 2008. Formación continua en el Colegio de Abogados de Málaga. Especialista en Derecho Civil y Mercantil.

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