L@s niñ@s malcriados no nacen, se hacen. Puede que al pensar en un niño o niña malcriada te l@ imagines en una casa llena de juguetes y regalos, pero deja que te diga, que no es el exceso de estos lo que hace a un niño o niña malcriad@ sino que es la manera de educarl@ lo que realmente determina que llegue a serlo.
L@s niñ@s malcriados son fáciles de identificar. Son exigentes y no dudan en tener una rabieta para conseguir lo que quieren. Y si puede ser en un lugar público, mejor. Tod@s hemos visto estas escenas: niñ@ de 3 años que no deja de llorar y que no se calla hasta que sus padres le compran un dulce; niñ@ de 5 años que grita “¡porque no quiero!” en el restaurante…
Y puede que hayamos mirado a sus progenitores con superioridad pensando que a nosotr@s eso no nos pasaría hasta que nos pasa, y de repente, eres tú esa mamá o papá que no sabe qué hacer frente a tan difícil situación.
La verdad es que tod@s l@s niñ@s presentan problemas de conducta que ocurrirán en edades diferentes, y es responsabilidad nuestra encontrar la mejor manera de solucionarlos
Antes que nada es ser conscientes del problema ya que este se agrava cuando l@s progenitores no lo vemos o nos negamos a verlo. Tenemos que saber y aceptar que cuando el comportamiento consentido de nuestr@ hij@ se convierte en un patrón habitual, ya no se trata de una rabieta puntual o una fase, sino que se ha convertido en un problema y por tanto, tenemos que empezar a actuar cuanto antes y cambiar nuestra actitud cuando no se comporte como es adecuado. Descubrirlo y aceptarlo es el primer paso para poder arreglarlo y esto es así porque su conducta no solo puede afectar a su comportamiento en casa sino también a su actitud en el colegio, con l@s amig@s e incluso en su vida adulta.
La pregunta clave entonces es: ¿cómo podemos evitar malcriar a l@s hij@s y qué podemos hacer si ya están malcriados?
1.- Establecer límites claros y sencillos: al establecer normas no hay que dejar dudas. Así, te ahorraras algunas discusiones más adelante,
2.- Cuando impongas un límite, cúmplelo a toda costa: Antes de actuar y poner las reglas piensa en si lo vas a poder mantener en el tiempo ya que al cambiar las reglas, tu hij@ aprende que mamá o papá dice que no y más tarde cambia de idea. Por ejemplo, si le dices que puede comerse una galleta es una y no vale que al rato se coman otra y otra más…
3.- No rendirse ante sus súplicas: si das tu brazo a torcer tu hij@ aprende que las súplicas o llorar da resultado para lograr lo que quiere.
4.- Pídele a tu hij@ que te convenza: si tu hij@ quiere ver la televisión y no estás segur@ de que debas dejarle, exígele un buen motivo para que se lo permitas. Un ejemplo es que, si quiere ver su programa favorito, que te explique que ha terminado la tarea y ordenado la habitación.
5.- Exige que cumpla con sus obligaciones antes de jugar: debe de quedarte claro que no le haces un favor a tu hij@ siendo muy permisiv@, al contrario, si le exiges a tu hij@ que cumpla con sus tareas y obligaciones le estás ayudando a que desarrolle mejor su capacidad para tolerar la frustración.
6.- No temas decepcionarlo: a ningún padre o madre le gusta ver llorar a su niñ@, pero eso no quiere decir que debas darle el gusto en todo. Piensa que al aprender a aceptar pequeñas desilusiones, tu hij@ irá desarrollando importantes mecanismos que le ayudarán a sobrellevar situaciones de estrés emocional más adelante.
7.- Deja que se esfuerce por conseguir lo que quiere: la constancia y la perseverancia determinan el éxito. Además, así aprenderá a darle a las cosas su debido valor.
Y recuerda, l@s niñ@s malcriados no nacen, se hacen y por tanto podemos evitar que suceda o corregir los comportamientos inadecuados o no deseados.