Cada 8 de julio se celebra el Día Mundial de la Alergia. Y aunque, como nos cuentan desde Alergosur, no existen datos epidemiológicos específicos de nuestra comunidad, si atendemos a las estadísticas generales de nuestro medio, unos 2,5 millones de andaluces sufren alguna patología alérgica. Para profundizar en este tema, hemos hablado con la Sociedad Andaluza de Alergología e inmunología Clínica, Alergosur.
Actualmente, Alergosur cuenta con 183 socios. María Cesárea Sánchez Hernández, alergóloga en el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, es la nueva presidenta de la sociedad y afronta este reto con mucha ilusión y responsabilidad. La Dra. Sánchez Hernández sabe que “el alergólogo es el especialista formado en la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades alérgicas” y recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un alergólogo por cada 50.000 habitantes para cubrir adecuadamente las necesidades asistenciales. Desde la entidad aseguran que “la prevalencia de las enfermedades alérgicas a nivel mundial no cesa de aumentar y los expertos estiman que entre el 30% y el 40% de la población está afectada por una o más enfermedades alérgicas. En España, las cifras son similares: una de cada cuatro personas padece algún tipo de trastorno alérgico”.
Los expertos prevén que los problemas alérgicos se incrementen a medida que la contaminación atmosférica y la temperatura ambiental aumenten debido a los cambios ambientales y climáticos, que afectan a los recuentos de pólenes, el número de insectos y la prevalencia de hongos asociados a las enfermedades alérgicas. “Hasta el momento, los intentos para combatir las enfermedades alérgicas son a menudo muy variables y dispersos dependiendo de los sistemas sanitarios regionales. Además, no todos cuentan con la infraestructura necesaria para atender a la creciente población alérgica ni posee suficiente dotación de especialistas en Alergología. En concreto, en nuestra comunidad, no existen alergólogos en hospitales comarcales, lo que dificulta el acceso a esta especialidad a gran parte de la población andaluza”, nos cuenta el Dr. Julio Delgado Romero, miembro de la Junta Directiva Alergorsur y médico Adjunto de la Unidad de Gestión Clínica de Alergología del Hospital Virgen Macarena de Sevilla.
Desde Alergorsur afirman que han notado que el uso de mascarilla ha aminorado las reacciones alérgicas. “Hemos percibido una mejoría en las manifestaciones clínicas en algunos pacientes con alergia respiratoria, como son la rinoconjuntivitis y el asma. Como otras medidas de evitación de contacto alergénico, el uso de mascarilla puede ser una buena aliada para los alérgicos a pólenes o ácaros, especialmente la FPP2, que filtran un 92% de partículas superiores a 0,3 micras. El polen de gramíneas, (como ejemplo de alérgeno habitual en nuestra zona) tiene de 20 a 80 micras de diámetro. Es importante el buen uso de la pinza nasal y adaptarlas bien a la anatomía de la cara para optimizar su eficacia”.
Alergosur promueve la investigación y la difusión del conocimiento generado en alergología, facilitando información científica, el desarrollo de actividades de investigación (especialmente centradas en la patología alérgica de este medio) y fomentando espacios de debate y de intercambio de experiencia entre sus miembros. Una de sus funciones esenciales es fomentar la educación del paciente alérgico. La sociedad también trabaja por la defensa de los intereses de la especialidad de alergología en su ámbito territorial, por su desarrollo y estructuración en la asistencia.
Esta entidad la conforman médicos alergólogos y de otras especialidades afines con interés en el conocimiento de la patología alérgica. El objetivo principal de Alergosur es fomentar la asistencia médica de calidad de los pacientes alérgicos. Para ello, difunden y promueven el progreso en el conocimiento científico de las enfermedades alérgicas e inmunológicas como medio para conseguir un mejor tratamiento de las mismas y una prevención más eficaz. Algunos de sus principales proyectos es aumentar la fluidez en la relación y colaboración con la Administración sanitaria andaluza y con otras especialidades relacionadas, especialmente con los médicos de Atención Primaria. Así como mejorar y aumentar la visibilidad de su página web, que debe ser una herramienta fundamental de comunicación entre los miembros de Alergosur y con los pacientes alérgicos. “Gran parte de nuestros socios ejercen su actividad en la medicina privada. Desde Alergosur entendemos que es necesario actualizar la relación de los profesionales con las compañías de seguro colectivo”, aseguran.
Una de las mayores quejas de pacientes con enfermedades alérgicas es la ausencia o escasez de pruebas de diagnóstico. En este sentido, desde Alergosur consideran que es muy importante conocer la procedencia de esas alergias, ya que “el primer tratamiento de las enfermedades alérgicas es procurar evitar el contacto con la sustancia que le produce la sintomatología. Para esto es imprescindible un diagnóstico alergológico riguroso que solo un especialista en alergología puede proporcionar”.
Otra problemática es que “la reacción alérgica no se limita a un órgano concreto y pueden manifestarse con numerosas enfermedades. Son conocidas la afectación naso-ocular en la rinoconjuntivitis alérgica, o bronquial en el asma bronquial (cuya etiología es alérgica en la mayoría de los pacientes). También puede afectarse la piel con manifestaciones como la dermatitis atópica o la urticaria. Además, existen reacciones alérgicas a alimentos o medicamentos que requieren métodos diagnósticos y terapéuticos muy específicos, así como la alergia a veneno de abeja o avispa, que puede causar reacciones muy graves y para los que existen tratamientos específicos de una gran eficacia”.
Desde Alergosur nos brindan varios consejos para los principales tipos de alergias: “El primero es conocer la causa de la alergia de un determinado paciente, base para la recomendación de medidas de evitación concretas. Si se trata de patología respiratoria es importante conocer si podemos actuar sobre la historia natural de la enfermedad mediante la administración de vacunas (inmunoterapia específica) que modulen la respuesta excesiva del sistema inmune del paciente alérgico. El tercer consejo se basa en la terapia farmacológica que, en muchas de las enfermedades alérgicas, tiene dos componentes: un tratamiento de mantenimiento que pretende controlar la inflamación producida por la reacción alérgica y un tratamiento de rescate encaminado a mejorar la sintomatología aguda”.
Asimismo, nos desmienten algunos mitos. Por ejemplo, “un mito muy extendido es que la alergia y el asma son dos entidades distintas. Sin embargo, aunque el asma puede estar presente en algunas personas que no tienen alergia, se ha demostrado que hasta el 70% de los pacientes con asma presentan alergia respiratoria asociada. Otro pensamiento erróneo es que las enfermedades alérgicas solo requieren tratamiento de los síntomas. En realidad, muchas enfermedades alérgicas, sobre todo respiratorias, son sinónimo de inflamación, aunque el grado en que esta inflamación empieza a manifestar síntomas en los pacientes es variable y es necesario, en muchas ocasiones, un tratamiento de mantenimiento que mejore la inflamación subyacente, aunque los síntomas no estén presentes. También puede estar extendida la idea de que las pruebas de alergia son peligrosas. Como toda intervención médica es necesario valorar riesgos y beneficios. Sin embargo, cuando las pruebas de alergia se realizan por personal cualificado y en un medio adecuado, habitualmente no presentan riesgos de importancia”.
Para Alergosur es importante la difusión de sus actividades científicas y las dirigidas directamente para la educación de los pacientes alérgicos. Es importante también la difusión de las necesidades de la asistencia a alergológica en nuestra comunidad.