
Ana Santos: ‘Emprender en psicología me ha obligado a salir de mi zona de confort, pero ha sido gratificante’
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Desde muy joven, Ana Santos Domínguez tuvo claro que su pasión era comprender el comportamiento humano y ayudar a los demás a mejorar su bienestar. Tras una formación en distintas universidades y experiencias internacionales, decidió dar el paso y emprender su propia consulta en Alcalá de Guadaíra. En esta entrevista, nos cuenta su trayectoria, los desafíos de emprender en el ámbito de la psicología y la importancia de la salud mental en la sociedad actual.
- Ana, cuéntanos un poco sobre ti. ¿Qué te llevó a estudiar psicología y cómo ha sido tu recorrido profesional hasta ahora?
Desde que tengo uso de razón he sentido una gran curiosidad por el comportamiento humano. Elegir ser psicóloga era el paso más lógico para pasar la mayor parte de mi tiempo haciendo lo que más me gusta.
He tenido también la suerte de poder estudiar en diferentes universidades, cada una aportando algo único a mi visión profesional. Comencé en la Universidad de Granada, realicé una SICUE-SENECA en la Universidad de Valencia, y terminé mi grado en la Universidad de Sevilla. Finalmente realicé la especialización en la Universidad Loyola. Esto me permitió cruzar experiencias y conocimientos con grandes profesores, doctores y doctoras de la psicología, quienes enriquecieron mi formación y consolidaron mis principios éticos como profesional de la salud mental.
- Sabemos que realizaste el Máster Universitario en Psicología General Sanitaria en la Universidad Loyola Andalucía. ¿Cómo influyó esta formación en tu desarrollo profesional?
El máster fue clave en mi formación como psicóloga, no solo porque me proporcionó conocimientos actualizados, herramientas prácticas y una base científica sólida para mi trabajo clínico, sino porque consiguió liberar el bloqueo inicial que sentía ante la rama clínica, facilitándome las herramientas necesarias no solo para ejercer adecuadamente mi profesión, sino también para iniciar y gestionar con éxito mi propio proyecto empresarial. El máster está diseñado para que los estudiantes podamos visualizar claramente cómo será nuestro desempeño profesional en el futuro, ejerciendo con ética, profesionalidad y confianza en nosotros mismos.
Además, gracias al máster he podido generar una valiosa red de compañeras y compañeros con quienes mantengo contacto diariamente, intercambiamos opiniones, recursos y realizamos supervisiones conjuntas de casos, algo que sigue siendo una fuente constante de apoyo, aprendizaje y crecimiento profesional.
- Durante tu formación, tuviste la oportunidad de realizar prácticas internacionales en Tánger, Marruecos. ¿Cómo fue esa experiencia y qué aprendizajes te aportó?
Fue una experiencia verdaderamente transformadora, tanto a nivel personal como profesional. Trabajar en un contexto cultural diferente me permitió desarrollar una mayor sensibilidad hacia las diferencias individuales, así como comprender la importancia de adaptar las intervenciones psicológicas a las particularidades de cada persona y su contexto.
En concreto, tuve la oportunidad de evaluar y diseñar un programa de promoción de las competencias emocionales basado en la atención plena (mindfulness) para un contexto educativo en una zona con escasos recursos. Fue muy enriquecedor poder poner en práctica mis conocimientos en un entorno real, enfrentándome a retos importantes y adaptando las técnicas a las necesidades específicas de esa comunidad.
Actualmente, dos alumnas de este curso académico 2024-2025, están implementando y analizando los resultados del programa para medir su eficacia. Esto me llena de ilusión y orgullo, ya que supone una contribución real y tangible a la mejora del bienestar emocional de la comunidad educativa local. Además, la experiencia fortaleció significativamente mis habilidades de comunicación, flexibilidad y adaptación profesional, enseñándome a valorar y aprovechar los recursos disponibles de la mejor manera posible.

- Antes de emprender, ¿en qué áreas de la psicología has trabajado y qué te motivó a dar el paso hacia el emprendimiento?
A la psicología sanitaria fui acercándome poco a poco. Realmente mis inicios estuvieron ligados al ámbito de los recursos humanos en una pequeña pyme, donde empecé a adquirir habilidades relacionadas con la evaluación y gestión del talento. También ejercí unos años, como psicóloga formadora en psicotecnia, ayudándolos a superar con éxito procesos selectivos exigentes y como educadora infantojuvenil. Sin embargo, pronto descubrí que mi auténtica vocación estaba en la intervención clínica directa. Las prácticas en la clínica universitaria fueron un primer acercamiento, tímido pero firme, hacia la práctica clínica.
Tras obtener mi habilitación sanitaria, consolidé una amplia experiencia ejerciendo como psicóloga sanitaria en un centro que trabajaba con compañías aseguradoras, atendiendo una gran variedad de casos y situaciones clínicas que fortalecieron mi capacidad de adaptación, mi visión integradora y mi compromiso con la calidad asistencial. Toda esta trayectoria me ha permitido desarrollar una visión amplia, flexible y cercana de la psicoterapia.
Era cuestión de tiempo poner mis capacidades al servicio de las personas en mi propia consulta, trabajando bajo mis propios tiempos, procedimientos y principios.
- Recientemente has iniciado tu propio proyecto como psicóloga en Alcalá de Guadaíra. ¿Qué te impulsó a establecer tu propia consulta?
Lo que más me motivó fue la posibilidad de diseñar un espacio terapéutico propio, un lugar en el que las personas pudieran sentirse cómodas, escuchadas y acompañadas en su proceso de cambio. Siempre he querido aportar una visión integradora de la psicología, basada en la evidencia científica y, al mismo tiempo, en un trato cercano, humano y cálido.
Pensé que estoy en un momento vital especialmente propicio para dar el paso, lo que hizo que la decisión fuera natural y fluida. Conté con el apoyo y el ánimo de mi familia, que siempre creyó en mis capacidades, mi proyecto y me impulsó a emprender. Aunque era consciente de que emprender siempre conlleva un cierto riesgo, en este caso sentí que era pequeño comparado con las enormes posibilidades de crecimiento personal y profesional.
- ¿Cuáles han sido los mayores desafíos que has enfrentado al emprender en el ámbito de la psicología?
A nivel personal, un gran desafío ha sido enfrentarme a mis propias creencias limitantes, mis autosabotajes y al famoso síndrome del impostor. Emprender me ha hecho confrontar muchos de mis miedos y dudas internas, obligándome a salir continuamente de mi zona de confort y hacerme amiga de la incertidumbre. Aprender y emprender un camino que, aunque difícil, ha sido enormemente gratificante y enriquecedor
- ¿Cómo ha sido la acogida de tu consulta por parte de la comunidad local?
La acogida ha sido realmente positiva. Desde el primer momento he sentido muchísimo apoyo, cercanía y confianza por parte de la comunidad. De hecho, desde la primera charla que impartí como forma de inaugurar la clínica, sobre autocuidados y redes sociales, me sentí enormemente acogida alcanzando un aforo del 80%, algo que superó con creces mis expectativas iniciales.
Estoy muy agradecida porque esto demuestra que cada vez más personas están tomando conciencia sobre la importancia de cuidar su salud mental, lo que se traduce en una creciente demanda de servicios psicológicos. Ahora estoy preparando con mucha ilusión otra charla sobre mindfulness, y espero contar con una acogida igual de cálida e implicada por parte de los vecinos y vecinas de Alcalá de Guadaíra.
- ¿Qué servicios ofreces actualmente y qué te diferencia de otros profesionales en la zona?
Actualmente ofrezco terapia psicológica para adultos y adolescentes desde una perspectiva transdiagnóstica, combinando procedimientos cognitivo-conductuales, sistémicas y terapias de tercera generación. Realizo intervención en procesos emocionales: estrés, ansiedad, depresión, gestión de la ira, trauma y vínculos traumáticos; problemas de pareja, dificultades y momentos vitales difíciles…
Me esfuerzo en crear un espacio de confianza donde cada paciente se sienta acompañado en su proceso personal. Lo que realmente me diferencia, según destacan mis usuarios, es mi capacidad para conectar desde la primera sesión, ofreciendo un trato cercano, empático y humano. Creo que especialmente la tranquilidad y seguridad que transmito o la capacidad para captar incluso las necesidades no expresadas explícitamente, así como el uso personalizado de técnicas que persiguen y contribuyen a lograr resultados efectivos.

- Tu formación se centra en la terapia cognitivo-conductual y la intervención transdiagnóstica. ¿Podrías explicarnos en qué consisten y por qué las elegiste como enfoque principal?
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un enfoque basado en la evidencia que trabaja sobre la relación entre pensamientos, emociones y conductas, ayudando a las personas a generar cambios concretos en su vida. Por su parte, la intervención transdiagnóstica permite abordar los problemas psicológicos desde una perspectiva más amplia, enfocándose en procesos comunes que están presentes en diferentes trastornos, más allá de la etiqueta diagnóstica o los síntomas específicos, centrándose en las variables que realmente están afectando al problema.
Este enfoque me permite trabajar bajo una perspectiva con aval científico y evidencia contrastada de eficacia. En concreto, la intervención transdiagnóstica aporta importantes beneficios no solo a corto plazo, sino también a largo plazo, ya que facilita cambios profundos y sostenibles en la vida del paciente, más allá del control de la sintomatología y sus dificultades presentes, dotándolo de recursos y estrategias útiles para enfrentar futuras dificultades.
- ¿Qué tipo de problemáticas o trastornos sueles abordar con mayor frecuencia en tu práctica?
Trabajo con una amplia variedad de dificultades, pero las más comunes suelen ser problemas derivados del uso y consumo de contenido en redes sociales, la ansiedad, depresión, los problemas de autoestima, el estrés y las dificultades en las relaciones interpersonales.
- ¿Cómo integras técnicas como el mindfulness en tus intervenciones terapéuticas?
El mindfulness es una herramienta muy útil en terapia. Por un lado, lo utilizo para ayudar a mis pacientes a desarrollar una mayor conciencia de sus pensamientos y emociones, algo fundamental para llevar a cabo intervenciones desde procedimientos de tercera generación. Esto facilita la aceptación y reduce significativamente la rumiación y el malestar emocional. También lo aplico directamente en técnicas específicas de regulación emocional y manejo del estrés. Por otro lado, el mindfulness no solo beneficia a mis pacientes; también es una práctica que yo misma realizo de manera habitual. Los efectos positivos que experimento a través de la atención plena diaria se reflejan en mi forma de hacer terapia, permitiéndome estar más presente, conectada y empática durante las sesiones.
- ¿Qué importancia le das a la relación terapéutica y cómo trabajas para establecer un vínculo efectivo con tus pacientes?
La relación terapéutica es esencial para el éxito y la eficacia del tratamiento. Todos los psicólogos nos esforzamos en este punto porque es fundamental que la persona sienta un vínculo con su terapeuta. Me esfuerzo por crear un espacio seguro, donde la persona se sienta importante, comprendida y validada.
Creo que para lograrlo la persona tiene que sentir que la estás priorizando, una de las medidas que aplico siempre en la primera sesión es dedicar el tiempo que la persona necesite sin presionar, también favorece ser transparente en el proceso terapéutico y ser genuina y sincera en las respuestas.
- ¿Tienes planes de ampliar o diversificar los servicios que ofreces en tu consulta?
Sí, además de las intervenciones individuales estoy explorando la posibilidad de ofrecer talleres y grupos terapéuticos sobre salud como deshabituación tabáquica, temas como la gestión emocional, la ansiedad, habilidades sociales…
- ¿Cómo te mantienes actualizada en cuanto a nuevas técnicas y enfoques terapéuticos?
Formación continua, asistencia a congresos y revisión de literatura científica. Para mi este punto es nuclear en mi práctica profesional. La psicología, como toda disciplina científica avanza y encuentra nuevos métodos y formas más eficaces de intervención.
Las listas de difusión profesionales facilitan mucho este aspecto hoy en día. LinkedIn, donde puedes estar en contacto y seguir a grandes divulgadores; el Colegio Oficial de Psicología que nos mantiene al día, así como grupos de WhatsApp con otros psicólogos que te ponen al día sobre otros campos de la psicología me permite estar al día y seguir aprendiendo y evolucionando en mi práctica.
- ¿Consideras la posibilidad de colaborar con otros profesionales o instituciones en el futuro?
Por supuesto, creo que la colaboración interdisciplinaria es clave en la salud mental. Me gustaría trabajar con otros profesionales de la salud, por ejemplo, con nutricionistas para abordar conjuntamente casos como los trastornos de la conducta alimentaria.
Además, considero fundamental colaborar con instituciones educativas y comunitarias para ofrecer una atención más amplia y efectiva, que permita mejorar significativamente la calidad de vida desde edades tempranas.
- ¿Qué objetivos a largo plazo te has planteado en tu carrera como psicóloga y emprendedora?
Actualmente estoy centrada en consolidar mi consulta, construyendo una base sólida desde la que seguir creciendo. A largo plazo, me gustaría continuar investigando y desarrollando nuevas formas de intervención, me planteo la posibilidad de realizar un doctorado que me permita profundizar en mi especialización. Mi intención es ofrecer servicios cada vez más especializados y eficaces, pero sobre todo generar un impacto positivo real y duradero en la comunidad.
- Para aquellos que están considerando emprender en el ámbito de la psicología, ¿qué consejos les darías?
Que no tengan miedo a dar el paso, pero que lo hagan con una buena planificación y preparación previa. Es importante formarse no solo en psicoterapia, sino también adquirir conocimientos sobre gestión, administración y marketing.
También recomendar la externalización de servicios, como la asesoría jurídica o fiscal, o la publicidad, mediante profesionales o agencias especializadas. Esto les permitirá centrarse en lo realmente importante: ofrecer un servicio psicológico de calidad y conectar de manera auténtica y genuina con las personas.
- Por último, ¿qué mensaje te gustaría compartir con los lectores de PYMES Magazine sobre la importancia de la salud mental y el emprendimiento?
La salud mental es un pilar fundamental en nuestra vida, que poco a poco está comenzando a recibir, dentro de nuestra sociedad, la importancia y el reconocimiento que merece. Cuidarnos psicológicamente nos ayuda a vivir mejor, a disfrutar de relaciones más sanas y a afrontar con mayor eficacia los retos del día a día. Sé que esto no siempre es sencillo, especialmente cuando nuestro propio contexto o circunstancias dificultan esta tarea; sin embargo, reconocer estas dificultades es el primer paso para empezar a superarlas.
En cuanto al emprendimiento, animo firmemente a quienes tengan una vocación clara a dar ese paso adelante. Es frecuente que al emprender aparezcan inseguridades como el conocido síndrome del impostor, esa sensación incómoda de no ser lo suficientemente capaces o merecedores del éxito. Es fundamental normalizar esta experiencia y no permitir que nos paralice, recordando siempre que, ante bloqueos, problemas o dificultades, pedir ayuda profesional es una decisión inteligente y valiente, también en lo relacionado con la salud mental.
Por último, recomiendo disfrutar plenamente del proceso de emprender. Crear un proyecto propio es, sin duda, un desafío, pero también constituye una maravillosa oportunidad de crecimiento personal y profesional. Ir cumpliendo hitos de tu proyecto es una fuente de satisfacción que merece ser vivido con ilusión y entusiasmo.