¿Qué hacer para mantener la constancia en nuestro objetivo?
Podemos empezar por escribir aquellas metas que consideramos importantes. Y que, en el caso de conseguirlas, darían un cambio a nuestra vida para bien. Es decir, con las que seríamos más felices. Una vez escritas, habría que argumentar bien qué acciones debemos emprender para acercarnos a ellas.
Un ejercicio que puede ir muy bien, consiste en tener a mano la foto de lo que queremos conseguir. Basta con un icono, un símbolo, una fotografía que ejemplifique a dónde queremos llegar. Eso hará que la motivación siga viva y no desistamos en el intento.
Cuando la motivación está en su punto alto, la probabilidad de desistir es más baja.
Si tienes claro objetivos claros, vas a por ello, nada suele impedir que lo consigas. Las personas que, aún estando en trabajos que no les gustan, consiguen llevarlo bien, suele ser porque piensan a menudo en la meta a la que desean llegar. Y, por tanto, les compensa la elección. De ahí que, aunque no les guste su trabajo, lo ven como el camino que les llevará a su deseo. Y cuando la motivación está en un punto alto, todas las acciones que requieran llevar a cabo es mucho más liviano.
Sin embargo, confía en la oportunidad que tienes de crear la vida que mereces vivir, en el momento en que te frenas y requieres avanzar solicita el apoyo de alguna persona que sabes que puede llevarte a lograr tu objetivo. Todos tenemos el potencial para lograr la vida que soñamos, ahora bien, una cosa es soñarlo y otra es crearlo y concretarlo. Por lo que se requiere pedir el apoyo en aquellas áreas donde es importante avanzar.
Así que, otra manera de mantener la motivación es pensando y soñando a menudo en la meta que deseas, visualizando el objetivo a alcanzar. Además, si le añades, como te he comentado, alguna foto de lo que quieres lograr, fortalece la intención para conseguirlo.
¿Qué motiva a un ratón? El queso. Si le ponemos un poco delante, correrá metros y metros incansablemente hasta que consiga alcanzarlo, ¿Qué motiva a los niños? Si se les encarga una tarea o recado dándoles algún motivador o inspiración (no necesariamente un premio), seguramente lo harán con más intención y fortaleza.
Los adultos también requerimos nuestra dosis de “premio”. Ser mayor de edad no implica que tengamos que dejar nuestra parte de la niñez de lado. Es más, requerimos al niño interior que todos llevamos dentro. Si reprimimos esa faceta, la insatisfacción será fácil que aparezca.
¿Qué alimenta tu motivación? ¿Qué deseas alcanzar? Tenlo presente en alguna foto, mírala a menudo y la probabilidad de desistir será menor. Porque ver en una imagen eso que tanto deseamos, nos dará fuerzas y ganas de perseguirlo.
Demos paso a un nuevo año lleno de logros y acciones conscientes. Suelta lo negativo que no funciona y retoma la constancia para el logro de metas.
Recuerda que es importante al momento de declarar tu nuevo año, ese que es importante para ti aquí y ahora, sostener esta formula:
fe + motivación + constancia +celebrar tus logros = REALIZACIÓN