Andalucía, cuna de civilizaciones y culturas, es también el hogar de algunos de los ejemplos más destacados de arte rupestre en Europa. En esta tierra donde la naturaleza y la historia se funden, encontramos un legado de valor incalculable: pinturas y grabados que nos permiten conocer cómo vivían, pensaban y creían los primeros habitantes de la región. Desde cuevas prehistóricas hasta monumentos megalíticos, estos sitios representan la memoria viva de miles de años de historia. En honor a este legado, el 9 de octubre se celebra el Día Europeo del Arte Rupestre, una ocasión especial para recordar la importancia de este patrimonio. A continuación, exploramos algunos de los enclaves más emblemáticos del arte rupestre andaluz.
Dolmen de Soto (Trigueros, Huelva)
El Dolmen de Soto, datado entre el 3000 y el 2500 a.C., es una construcción megalítica monumental que forma parte de los ritos funerarios de las primeras comunidades agrícolas. Dentro del dolmen, se han encontrado grabados rupestres que representan figuras humanas y símbolos abstractos, lo que lo convierte en un referente del arte prehistórico en la región.
Cueva de Ardales (Málaga)
Esta cueva alberga algunas de las manifestaciones artísticas más antiguas de Europa, con pinturas que datan de hace más de 65,000 años, posiblemente realizadas por neandertales. Las paredes de la cueva están decoradas con representaciones de animales, figuras geométricas y marcas que reflejan la importancia simbólica y ritual del lugar.
Cueva de los Murciélagos (Zuheros, Córdoba)
Situada en la sierra de Zuheros, esta cueva es famosa no solo por sus pinturas rupestres, sino también por los hallazgos arqueológicos encontrados en su interior, que incluyen herramientas y restos funerarios. Las pinturas representan figuras humanas esquemáticas, animales y símbolos que muestran la compleja vida social y espiritual de las comunidades neolíticas.
Cueva de la Tabla de Pochico (Aldeaquemada, Jaén)
En la Sierra Morena, la Cueva de la Tabla de Pochico destaca por sus pinturas rupestres esquemáticas, datadas en el Neolítico y la Edad del Bronce. Representan figuras humanas, animales y escenas de caza, lo que sugiere una relación profunda entre las sociedades prehistóricas y su entorno natural.
Cueva de Ambrosio (Vélez-Blanco, Almería)
Este sitio es uno de los más importantes del Paleolítico Superior en Andalucía. Las pinturas rupestres de la Cueva de Ambrosio, que incluyen caballos, ciervos y otras figuras animales, datan de unos 20,000 años atrás y son un testimonio impresionante de la habilidad artística de los habitantes de la región en esa época.
Cueva de la Pileta (Benaoján, Málaga)
La Cueva de la Pileta es uno de los yacimientos más espectaculares de Andalucía, con representaciones que abarcan desde el Paleolítico hasta el Neolítico. Las figuras de animales, como caballos y ciervos, y los símbolos geométricos sugieren una conexión entre el arte rupestre y las prácticas rituales de las primeras sociedades andaluzas.
Cuevas del Tesoro (Rincón de la Victoria, Málaga)
Esta cueva marina, única en su género, alberga pinturas rupestres de la Edad del Bronce. Las representaciones esquemáticas de animales y figuras humanas, junto con su entorno natural, hacen de este sitio un lugar imprescindible para quienes desean explorar el arte rupestre en Andalucía.
Tajo de las Figuras (Benalup-Casas Viejas, Cádiz)
Considerado uno de los conjuntos rupestres más importantes del sur de España, el Tajo de las Figuras presenta escenas de caza y representaciones de aves, ciervos y figuras humanas. Las pinturas, que datan del Neolítico, reflejan un vínculo profundo entre los primeros habitantes y la fauna local.
Cueva de Nerja (Málaga)
Famosa por sus impresionantes formaciones geológicas, la Cueva de Nerja es también hogar de pinturas rupestres que se remontan a más de 42,000 años. Las representaciones de focas y otros animales son algunas de las más antiguas del mundo y ofrecen una visión fascinante de la vida en el Paleolítico.
Cueva de la Graja (Jimena, Jaén)
Este sitio, menos conocido pero igualmente valioso, alberga pinturas esquemáticas que representan figuras humanas y animales. Las escenas de caza y los símbolos abstractos muestran una continuidad en las prácticas rituales y sociales desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce.
Abrigos del Engarbo (Santiago-Pontones, Jaén)
En la Sierra de Segura, los abrigos del Engarbo ofrecen un conjunto de arte rupestre esquemático que refleja la transición cultural entre el Neolítico y la Edad del Bronce. Las pinturas incluyen figuras humanas en actitud de caza, además de animales y formas geométricas.
Cueva de los Letreros (Vélez-Blanco, Almería)
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta cueva es conocida por la figura del “Hechicero”, una icónica representación humana que ha sido interpretada como un símbolo mágico o ritual. Además, las pinturas incluyen escenas de caza y figuras geométricas que muestran la importancia de este sitio para las sociedades prehistóricas.
Cueva de Malalmuerzo (Granada)
Ubicada en las cercanías de la capital granadina, la Cueva de Malalmuerzo contiene pinturas rupestres del Neolítico que representan figuras humanas y animales. Es un ejemplo claro de arte esquemático, típico de las primeras sociedades agrícolas que habitaban la región.