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Día Mundial del Cáncer de Piel: cómo protegerse frente al sol en verano

Cada 13 de junio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Piel, una fecha que busca recordarnos la importancia de cuidar nuestra piel, especialmente cuando llega el verano y aumentamos la exposición solar. El cáncer de piel es uno de los más frecuentes en todo el mundo, pero también uno de los más prevenibles. En una comunidad como Andalucía, donde el sol acompaña gran parte del año, los dermatólogos insisten en la necesidad de concienciar, educar y actuar. Y ahora, más que nunca.

Según datos recientes, solo en la provincia de Málaga se diagnostican más de 6.000 casos anuales de cáncer de piel, y aproximadamente 600 de ellos corresponden a melanomas, la forma más agresiva. La buena noticia es que, si se detecta a tiempo, el melanoma puede tener una tasa de curación superior al 95%. La mala, que aún son muchos los casos que se descubren tarde por falta de revisiones o por ignorar los signos de alerta.

La principal causa del cáncer de piel es la radiación ultravioleta (UV), tanto la que procede del sol como la de fuentes artificiales como las camas de bronceado. Por eso, en estos meses de mayor intensidad solar, la prevención empieza con gestos sencillos pero imprescindibles. Usar crema solar de amplio espectro con un factor de protección mínimo de 30 es el primer paso. Y no basta con aplicarla una vez: hay que renovarla cada dos horas y después de bañarse o sudar. También se recomienda evitar la exposición directa entre las 10:00 y las 16:00 horas, que es cuando los rayos UV son más intensos.

Vestirse adecuadamente también es una forma eficaz de protegerse. Prendas ligeras, pero de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección homologada ayudan a minimizar el impacto del sol sobre la piel. Siempre que se pueda, es preferible buscar sombra y evitar permanecer demasiado tiempo bajo el sol directo. Y un mensaje importante: las cabinas de bronceado no son una alternativa saludable. Lejos de preparar la piel, aumentan el riesgo de cáncer cutáneo.

La prevención también implica vigilancia. El autoexamen de la piel debe convertirse en un hábito. Revisar lunares, pecas o manchas que cambian de forma, color o tamaño puede marcar la diferencia. Para ello, los especialistas recomiendan seguir la conocida regla ABCDE: A de asimetría (cuando una mitad del lunar no coincide con la otra), B de bordes irregulares, C de color desigual, D de diámetro superior a 6 mm y E de evolución, es decir, cualquier cambio con el paso del tiempo. Si se detecta alguno de estos signos, lo mejor es consultar a un dermatólogo sin demora.

A pesar de todas las campañas de concienciación, los mitos persisten. Muchas personas siguen asociando el bronceado con belleza y salud. Según un estudio europeo reciente, el 45 % de los encuestados sigue creyendo que tener la piel morena es sinónimo de estar más sano. Nada más lejos de la realidad. Los expertos insisten en que no existe el bronceado saludable. Todo cambio de color en la piel es un mecanismo de defensa ante una agresión. Lo que percibimos como un “tono dorado” es, en realidad, un signo de daño.

Prevenir el cáncer de piel no significa dejar de disfrutar del verano, de la playa o de los paseos al sol. Significa hacerlo con responsabilidad. Utilizar fotoprotección adecuada, hidratar la piel después de la exposición, mantenerse en sombra cuando sea posible y hacerse revisiones dermatológicas al menos una vez al año son hábitos sencillos que salvan vidas.

En este Día Mundial del Cáncer de Piel, más que una alerta, queremos lanzar un recordatorio: cuidar tu piel es cuidar tu salud. Y hacerlo no requiere grandes esfuerzos, solo constancia, información y sentido común. Porque el mejor tratamiento sigue siendo la prevención. Y el mejor momento para empezar, es ahora.

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