Es el alimento estrella del verano y nunca viene mal recordar su importancia en la dieta mediterránea. Gracias a su alto contenido en agua (97%) y bajo aporte calórico (13 kcal por 100 g), se convierte en la mejor opción para llevar una alimentación saludable y equilibrada durante nuestras vacaciones.
Se trata de un alimento muy versátil, en cualquier tipo de plato frío añade sabor, textura y ese toque refrescante que tanto necesitamos en verano. Además, es rico en fibra, potasio, fósforo, magnesio, calcio, ácido fólico y vitamina C, aportando importantes beneficios a nuestra salud:
-Control de peso.
-Mejora las digestiones.
-Protege nuestra salud cardiovascular, gracias al potasio, esencial para regular la presión arterial y la correcta función del sistema nervioso.
-Fortalece el sistema inmunológico.
-Antioxidante .
A la hora de consumirlo, una opción nutritiva, rápida, fácil y refrescante sería la ENSALADA DE SANDÍA Y PEPINO CON QUESO FETA.