El 2024 ha sido un año clave para el sector inmobiliario, lleno de retos, pero también de grandes aprendizajes. Desde las grandes ciudades hasta las provincias, este mercado ha mostrado una capacidad impresionante para adaptarse y evolucionar frente a un panorama económico cambiante. Sevilla, con su dinamismo y encanto único, no ha sido la excepción.
A nivel nacional, el mercado de alquiler ha sido el gran protagonista. Muchas familias han optado por arrendar debido a las dificultades para acceder a una hipoteca, marcadas por los altos intereses y la incertidumbre económica. Esto ha disparado los precios del alquiler en grandes urbes como Madrid y Barcelona, pero también en ciudades como Sevilla, donde barrios como Nervión y Los Remedios han experimentado un incremento en la demanda.
Por otro lado, las zonas rurales han ganado atractivo. La posibilidad de teletrabajar y el deseo de vivir en entornos más tranquilos han impulsado las ventas en pueblos cercanos a Sevilla, como Carmona y Dos Hermanas. Este fenómeno refleja un cambio en las prioridades de los compradores, que buscan calidad de vida y una conexión más cercana con la naturaleza.
El mercado de lujo también ha tenido un año interesante. En Sevilla, propiedades exclusivas en zonas históricas como el casco antiguo o en urbanizaciones de alto standing en Aljarafe han mantenido su atractivo. Inmuebles con diseño sostenible, tecnología puntera y detalles únicos han captado la atención de un público selecto, tanto nacional como extranjero.
A nivel de construcción, la sostenibilidad se ha convertido en una necesidad, no solo en una tendencia. Este 2024 ha visto cómo Sevilla avanza hacia edificios más eficientes energéticamente, con proyectos que incorporan energía renovable y materiales ecológicos, en línea con las normativas europeas. Además, la digitalización sigue facilitando la vida tanto a compradores como a vendedores, agilizando procesos que antes eran tediosos.
Pero no todo ha sido fácil. La inflación y el coste de la vida han ralentizado las operaciones en ciertos momentos del año, especialmente en viviendas de clase media. Aun así, el sector inmobiliario sevillano ha demostrado su capacidad de resiliencia, apoyándose en el turismo, la inversión extranjera y la apuesta por la sostenibilidad como motores de crecimiento.
En definitiva, el 2024 ha sido un año que nos deja grandes lecciones y nos muestra que, a pesar de los desafíos, el sector inmobiliario sigue siendo uno de los pilares más sólidos y adaptables de nuestra economía. Sevilla, con su carácter vibrante, continúa posicionándose como un referente inmobiliario en España.
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