El zumo de fruta casero no es “fruta”

Carmen Garrido Ordóñez. Graduada en Nutrición Humana y Dietética
Carmen Garrido Ordóñez.
Graduada en Nutrición Humana y Dietética

Llega la época de consumir cítricos (sobre todo naranjas y mandarinas) y en Andalucía, tenemos la costumbre de consumirlos en forma de zumos. Desde hace tiempo, los expertos en nutrición advertimos de que tomar zumo no es sinónimo de tomar fruta desde el punto de vista nutricional, aunque sea fruta recién exprimida. 

Pero… ¿por qué motivo?

Se ha demostrado que el tipo de azúcar que contiene la fruta (azúcar intrínseco), cambia al convertirse en zumo (azúcar libre) y por tanto, los efectos metabólicos en el organismo son distintos. Además, la fruta estimula la masticación, su digestión es más lenta y produce más saciedad.

La Academia Americana de Pediatría advierte que beber demasiados zumos aumenta el riesgo de ganancia excesiva de peso. Otras investigaciones, alertan de que los adultos podrían llegar a engordar 5 kilos al año si tomamos dos vasos de zumo de naranja al día, de ahí que lo consideren como “bebidas azucaradas”.

En definitiva, siempre será mejor calmar nuestra sed con agua y no con zumo, y tomar la fruta entera, tal y como se recolecta.

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