“En Sevilla hay que morí” es una obra de teatro dirigida por Charo Urbano que nació hace dos años de las brillantes mentes de David Sigüenza y Eba Rubio. Es una fantástica y original obra que en tono de comedia hacen una reivindicación seria de la vida de las patronas de Sevilla, Santa Justa y Santa Rufina. Ambas, cansadas de no tener protagonismo en su ciudad, reclaman a los sevillanos el lugar que ellas creen que merecen.
Con este trabajo David y Eba han demostrado ingenio y una extraordinaria capacidad para emprender. Empezaron en la sala microteatro con un texto de 20 minutos. Fue tal el éxito que al poco tiempo se trasladaron al teatro de la Sala Imperdible con una hora y media de actuación. El boca a boca y el enorme trabajo y vocación del equipo ha conseguido colgar cada fin de semana el cartel de no hay localidades. Para saber más sobre esta obra hablamos con David Sigüenza, uno de sus creadores.
La primera pregunta es obligatoria, ¿cómo surge esta idea tan atrevida?
Surge un poco de la necesidad de buscar curro. Eba y yo necesitábamos encontrar trabajo y se nos ocurrió esta loca idea. En abril de hace dos años, se me ocurrió escribir algo sobre las patronas de Sevilla y a partir de ahí fuimos desarrollando el proyecto.
Para los que aún no os hayan visto, sin hacer spoiler, ¿de qué trata En Sevilla hay que morí?
Trata de Santa Justa y Rufina, patronas de Sevilla, que quieren hacer una reivindicación al pueblo sevillano porque sienten que están olvidadas y quieren protagonismo y sentirse queridas por su ciudad.
¿Quiénes formáis parte del equipo?
Eba y yo que somos los personajes principales. Cuando nos propusieron hacer la versión larga de teatro contactamos con Charo Urbano y pasó a ser la directora de la obra y, además, hace el papel de Santa Ángela. En ese momento formamos la compañía Lapava teatro. También tenemos la suerte de tener en el equipo a Mané Solano, un reconocido actor sevillano como técnico y guitarrista de la obra.
Sevilla es una ciudad que se caracteriza, entre otras muchas cosas por su pasión hacia la Semana Santa y la fe Cristiana, ¿Cómo ha reaccionado el público ante esta obra?
Bastante bien porque a pesar de que Sevilla es, sin ofender a nadie, muy “capillita”, también somos muy críticos. Y lo principal es que hacemos la obra con mucho respeto, sin ofender a nadie. Además, tiene su punto crítico y siempre con respeto nos reírnos hasta de nosotros mismos.
En alguna ocasión habéis dicho que os reís de nuestra propia manera de ser, ¿no resulta complicado reírse de uno mismo
La verdad es que no. A nosotros nos gusta mucho reírnos de nosotros mismos. Ese es precisamente creo el éxito de la obra y por eso cada semana agotamos las localidades porque estamos hablando de nuestras cosas, de lo nuestro y al final eso engancha.
En estos tiempos en los que todo se cuestiona, entre otras cosas los límites del humor, ¿qué opinas? ¿Crees que el humor lo puede todo o que es necesario ponerle límites?
Creo que el humor es un arma muy importante y necesaria en estos tiempos. Nos bombardean a diario con asesinatos, con política… Pero la verdad que nos gusta hacer un tipo de humor desde el respeto, no queremos ofender a nadie. Hay un límite, que nosotros no lo pasamos pero creo que sí debe existir porque hay cosas de la que es feo reírse.
¿Cuántas temporadas lleváis? ¿Hay alguna novedad en esta nueva temporada?
En abril de hace dos años que comenzamos con el microteatro y en octubre de ese mismo año saltamos al teatro. Vamos a hacer ya casi dos años con estos personajes. El groso siempre es el mismo pero vamos cambiando algunos detalles, de esta forma le damos más vida a los personajes y por tanto a la obra para que esté en constante actualidad.
Habéis llevado la obra a otras ciudades, ¿no es así? ¿Cómo ha sido la acogida? ¿Habéis notado diferencia con el público sevillano?
Hemos estado en Cádiz y Huelva. Y la verdad que cambiando dos chistes que sí que pueden ser muy de Sevilla, el resto genial. La gente empatiza tanto con los personajes, se lo pasan tan bien… De hecho nos han propuesto volver este verano a Zahora y allí estaremos todo el mes de julio porque la gente se lo pasa bomba. Y no sólo andaluces, también han disfrutado con nuestra obra catalanes, vascos… al final el público empatiza con las santas y gustan.
¿Qué planes tenéis para el futuro inmediato y lejano? ¿Tenéis en mente algún proyecto nuevo?
Estamos dándole vueltas para un nuevo tema. Pero tener una buena idea es muy complicado. Además, el problema es que todos compaginamos esta obra con otros trabajos. Por ejemplo Charo Urbano y yo hemos estado participando en La Que se Avecina, Allí Abajo, en películas… Pero la verdad es que sí tenemos ganas de comenzar una nueva obra. Claro que sí.
¿Cómo ha sido el proceso de creación y puesta en escena de la obra? ¿Contabais con apoyo económico? ¿Alguna ayuda de instituciones o apoyo privado?
Fue un poco a salto mata porque nos avisaron del microteatro y aunque los personajes sí que los teníamos un poco trabajados, cuando el equipo de Charo se unió a la dirección se terminaron de cerrar. No hemos contando con ningún tipo de ayuda externa. Es un proyecto nuestro completamente. La única y principal ayuda la de público que viene cada semana a vernos.
¿Hasta cuándo podemos disfrutar de la obra y dónde?
De momento seguimos en el Teatro La Imperdible los fines de semana y hemos programado el mes de abril. Si todo sigue bien seguiremos hasta junio. Hemos recibido también propuestas de Madrid y estamos estudiándola. A ver qué pasa.
Habéis recibido el premio Revelación de los premios escenarios ¿nos cuentas un poco sobre ello?
El Premio Revelación fue una cosa muy bonita. Que tu ciudad te reconozca fue precioso. También dirigimos la gala y fue fantástico rodearse de compañeros y personas a las que admiras.
¿Dónde os gustaría llegar con esta obra? ¿Cuál es vuestro sueño?
Nosotros pretendemos seguir con la obra porque disfrutamos mucho con ella. Y bueno, Estrella Sublime lleva 18 años, quién nos dice a nosotros que no nos puede pasar igual.