Criada entre costuras tuvo a su madre como primera maestra. Nunca pensó que se dedicaría profesionalmente a lo que era un hobby para ella, pues empezó los estudios de Arte Dramático. El tesón, la constancia y porque se define como una mujer trabajadora que le gusta siempre hacer cosas nuevas, es lo que e ha llevado a que su firma sea reconocida por todos los amantes de la moda flamenca.
Pilar se puede decir que la costura la llevas en los genes, pero ¿cuándo diste el salto a que se convirtiera en tu profesión?
Si te digo que todo fue de casualidad. Pues verás empecé a hacer para mí los trajes de flamenca, tanto para la feria como para el Rocío y mis amigas cuando lo veían pues les encantaban. Luego cuando tenía que hacer algún regalo me compraban la tela y yo les hacía el vestido. Pero llegó un momento que lo convierto en algo más profesional y dejo de
trabajar por gusto.
¿Se puede decir que empezaste como un hobby? Pues sí, era un poco el quitarle a mi madre un poco de peso y hacerlo como yo quería. Yo estudiaba Arte Dramático y lo que menos me podía imaginar que iba a terminar dedicándome a la costura. Aunque
he vivido desde pequeña en un taller.
Por lo que cuentas, tu madre es tu maestra…
Mi primera maestra fue ella, pero para no terminar mal (entre risas) me tuve que buscar otra maestra. Es broma. Yo de ella he aprendido cosas que hoy en día no se aprenden ojal de vivo que nadie hace, cosas que realmente se hacían en la costura antigua y yo tengo esa base artesanal. Cuando empecé a hacer cosas vi que sabía hacer más de lo que yo
pensaba y cuando tenía alguna duda, ahí estaba mi madre.
Tus primeros aprendizajes fueron artesanales por lo que relatas.
Sí lo mío ha sido todo artesano y sigue siéndolo, dentro que de la costura flamenca es otra manera. Pero lo hacemos todo en mi taller, sigo haciéndolo todo artesanal.
Son más de 40 años que llevas de profesión y has pasado por un traje de flamenca que sólo era regional a lo que es ahora, una auténtica moda. ¿Cómo has vivido estos cambios?
Yo creo que he participado en ello de alguna manera. Es un traje que se usa mucho y todo lo que está vivo evoluciona. Si fuera algo obsoleto o más anclado no hubiera sufrido esta evolución. Es un traje que se vive y se disfruta muchísimos tanto en las romerías, en las ferias, incluso en las bodas que se adaptan para ello. Pero sobre todo, cambia con la
llegada del Salón Internacional de Moda Flamenca (SIMOF). Raquel Revuelta creó este evento y nos vimos obligados a cambiar año tras año y a ir buscando cosas nuevas porque se expone. Antes no existía nada de esta índole, sólo lo que yo exponía que era en los desfiles que organizaba la Hermandad del Rocío de Triana, en desfiles que se hacían en Madrid o en alguna discoteca, en televisión. Pero realmente unos desfiles con una continuidad en el tiempo no existía. Al crearse SIMOF, nos vimos obligados a ello.
Aunque hemos habido personas que no nos hemos anclado en lo que había, yo he sido una de ellas, buscando nuevas telas, cosas que no se habían usado, es decir, que había
una inquietud, pero que indudablemente no había donde desarrollarla. SIMOF nos ha dado visibilidad. Raquel me llamó de unas de las primeras. El primer desfile lo hizo José Salado y el segundo lo hice yo. Aquello era un certámenes de noveles, donde un profesional cerraba
el desfile. Ahí es cuando empecé a hacer colecciones con un leit motiv, con un sentido.
Lucir un traje con la firma Pilar Vera es para las amantes de la moda flamenca todo un orgullo, ¿cómo has trabajado tu firma?
Te agradezco tus palabras y me siento súper alagada. Yo lo que pretendo que la que se vista con mi traje vaya y se sienta guapa y una misma.
¿Cómo y cuándo empiezas a preparar las futuras colecciones, en cuanto a diseños,
inspiración…?
Eso estás metida haciendo los trajes de la temporada y en ese momento estás pensando en lo que vas a hacer el año que viene. Y como estás metida en la dinámica de creación es como una continuidad, aunque hay que parar para descansar. Hay a veces, que ni lo notamos, porque piensas: yo haría ésto, yo pondría lo otro. Realmente estás constantemente pensando en lo próximo. En cuanto, para hablar de fechas, en septiembre es cuando empiezo a mirar tejidos, plasmar lo que es a colección, buscar el leit motiv que para mí es súper importante, cómo se va a llamar…todo esto influye.
La nueva colección presentada en SIMOF se llama “Y Sevilla”, el negro junto con los colores vivos ha sido una de las notas dominantes, pero ¿cuál de todos los diseños es el más demandado por tus clientas?
No podría decirte un solo vestido, afortunadamente porque todas iríamos iguales. Dentro del desfile se hace varias líneas diferentes. Aunque mi intención ha sido subir los talles desde hace varios años, aún no se han decantado por esa. Cada mujer le gusta una línea diferente y como te digo afortunadamente no van todas iguales. Es lo curioso de la feria lo grande que es y no ves ningún traje igual, eso es por la gran variedad de creación que hay.
Pero no sólo diseñas trajes de flamenca sino también de novia. ¿Llevan estos diseños tu toque flamenco?
No necesariamente, pero las novias que tengo previstas son diseños con inspiración flamenca. Aunque también hago otras líneas como la romántica, aunque mayoritariamente siempre hay un guiño a nuestra moda flamenca.
Eres referente para muchos jóvenes diseñadores, ¿qué le dirías para que se hagan un hueco en este mundo?
No me considero nadie para aconsejar a nadie, pero por mi experiencia lo que te puede llevar al triunfo entre comillas, es el trabajo. Que hay que tener mucho tesón y creer en sí mismo, pero sobre todo hacer lo que a ti te gusta y si lo haces bien, es posible que llegues a la gente. Si varías y vas cogiendo porque este año se lleve esto, el que viene lo otro,no te lleva a ningún sitio. Tener una línea concreta que te da fuerza para que la gente te valore y que llegue a ella teniendo una continuidad.
Y para terminar, según Pilar Vera ¿qué es lo que no le debe de faltar a la flamenca para esta feria?
El traje con volantes, su flor…es un conjunto de todo, porque a lo mejor no va vestida de flamenca y va monísima con un traje de calle y se lo adorna con unos pendientes flamencos. Este año he sacado unos modelos de este tipo. Trajes de calle cortos. En Doñana he sacado al desfile una falda corta con una bomber encima. Hay tantas posibilidades que lo que no debe de faltar es el talante, las ganas de pasarlo bien y
estar guapa.