Aunque resulte raro y complicado de entender, no solo existe, en los seres humanos y a nivel mental, el famoso y tan de “moda”, estrés, sino que también nuestras articulaciones lo padecen. En concreto hablamos del estrés mecánico, o lo que es lo mismo y para que nos entendamos, las muchas o pocas veces, que cualquiera de nuestras articulaciones se mueve o realiza algún tipo de movimiento .Para una mejor comprensión podríamos decir que una prueba de maratón (42 km y 195 metros exactos de distancia) ,soporta más estrés mecánico en ambas rodillas que una prueba de media maratón (21 km de distancia),por el mayor número de veces que dicha articulación realiza el movimiento de flexión y extensión durante toda la prueba. Si extrapolamos esto a nuestra vida diaria , y refiriéndonos a la articulación glenohumeral por ejemplo (articulación del hombro) ,podemos decir que una persona cuyo puesto laboral sea cafetero/a, tendrá más estrés mecánico en la mencionada articulación que una persona cuyo rol laboral sea de corte administrativo. ¿Y para qué nos vale saber esto? Muchas veces sentimos dolor o la sensación de lesión y siempre lo achacamos a un mal gesto, mala postura o una mala técnica en un entrenamiento cualquiera, pero no tiene por qué ser así. El elevado estrés mecánico de una articulación influye proporcionalmente con la probabilidad de lesión, o lo que es lo mismo, no tienes por qué haber hecho algo mal para lesionarte. Para concluir la no fácil comprensión de lo escrito anteriormente podemos decir que el impacto de una gota de agua sobre una piedra no causa daño alguno en ésta, pero dicho impacto repetido durante meses o años conseguirá que dicha piedra se resquebraje.
