Ricardo Granados es el director comercial de Formación Universitaria, es decir, el responsable de planificar, dirigir y coordinar la política comercial de la institución académica. Valorar el comportamiento de los actuales y futuros alumnos, pero sobre todo escuchar y adaptarse a los requerimientos y anhelos de los mismos, lo convierten en ese termostato fundamental para ir siempre por delante de las necesidades del mercado formativo.
¿Qué significa ser director comercial en una institución académica, donde la formación es un auténtico motor de cambio para las personas?
En principio, una gran responsabilidad porque la formación afecta al presente y al futuro de cada persona y está estrechamente vinculada al crecimiento profesional y personal. Nuestra misión es facilitar cambio, una mejora en la vida de nuestros alumnos y no siempre es fácil para los alumnos poner dichos cambios en marcha. Por eso nuestra labor empieza ahí, en ese proceso de cambio que el alumno decide asumir, es entonces cuando verdaderamente iniciamos nuestra labor con un trabajo de orientación, una metodología que favorece el aprendizaje e-learning y un equipo de profesionales que acompañan al alumno en todo su proceso de aprendizaje. En esta transformación continua, que experimenta el alumno realizamos un acompañamiento desde su estado actual al estado deseado. Es muy gratificante haber ayudado a transformar la vida profesional de más de 150.000 alumnos hasta la fecha.
¿Cuál crees que es el mayor cambio en el comportamiento del cliente de formación motivado por la COVID 19 y que permanecerá después de la pandemia?
El entorno on-line ha cobrado una importancia crucial para el aprendizaje, lo que se ha traducido en el auge experimentado por la formación no presencial. Nos hemos acostumbrado a la inmediatez y a la posibilidad de elegir entre múltiples opciones y, lo que es más importante, a disponer en nuestro día a día de bienes o servicios de forma cómoda y directa eligiendo cuándo, cómo y dónde con un solo “clic”. La posibilidad de un aprendizaje e-learning donde el alumno elige el cuándo y el dónde es una de las grandes transformaciones que ha experimentado el sector de la formación durante la pandemia.
En nuestra interacción diaria con miles de alumnos, hemos notado una nueva toma de conciencia en lo que se refiere a la importancia que ha cobrado la formación como herramienta para sobrevivir a un entorno profesional duro y muy complicado. Lo que antes se consideraba complementario u opcional ahora es obligatorio. Los alumnos son conscientes que las empresas públicas o privadas y la sociedad actualmente necesita personas formadas, actualizadas y a la altura de lo que exige el nuevo mercado laboral.
Ser el responsable de la estructura comercial en una empresa con 256 empleados (entre profesionales de plantilla y colaboradores) no debe ser fácil, ¿hacia donde se dirige el “producto” formación?
Hemos pasado, en unos años, del papel a la pantalla y además en cualquier dispositivo. Aunque sigamos conviviendo con “los alumnos amantes del papel”, cada vez cobra más espacio el uso de las nuevas tecnologías. Internet se ha convertido en el entorno de trabajo y aprendizaje por excelencia y, junto a las citadas tecnologías de la información, son el motor que está impulsando los nuevos modelos de aprendizaje en la formación.
En nuestro caso tenemos muy en cuenta la importancia de guiar, orientar y ofrecer una metodología que facilite y conduzca al alumno al resultado deseado. Disponemos de un campus on-line con múltiples recursos: autoevaluaciones, podcasts, masterclass con recursos audiovisuales, clases asincrónicas con docentes expertos, foros para resolver dudas, webs de interés, videoteca.. Quizás seamos de las pocas instituciones académicas elearning donde el campus crece y responde a las necesidades a medida que avanza el progreso del alumno.
No obstante, la tecnología siempre debe ir acompañada de un equipo de profesionales que den respuesta al alumno, lo guíen y lo orienten. Por ello, nuestros alumnos disponen de una importante estructura administrativa y docente de aproximadamente 256 profesionales, entre profesores expertos y de tutores de seguimiento, administrativos,… que acompañan al alumno durante todo su proceso formativo.
¿Algunos éxitos u obstáculos que hayas encontrado por el camino en tu dilatada experiencia profesional?
Pues los inicios no son fáciles, pero si tenía muy claro que los ingredientes fundamentales no debían faltar: pasión y dedicación, sólo así tiene sentido el esfuerzo invertido. Con el tiempo las dificultades se ven desde otra perspectiva y es que, en nuestro caso la ilusión y las ganas nos “cegaban” muy positivamente. Teníamos clara nuestra misión y nuestros valores y esto minimiza cualquier posible miedo. De hecho pensamos en grande, comenzando en pequeño.
Por mi experiencia, cuando se comienza con recursos económicos limitados el ingenio se acentúa, el talento aflora y desarrollas todas tus cualidades multidisciplinares.
El éxito de una compañía empieza en el proceso de selección, encontrando a personas que compartan los valores y les guste la misión a desempeñar, a partir de ahí se disfruta diariamente y los pequeños fracasos se convierten en aprendizaje.
“El éxito de una compañía empieza encontrando a personas que compartan los valores”
Comparte esta noticia: