Por María Gómez Bulnes

Te doy la bienvenida a esta guía de cuidados faciales de invierno para hombres y mujeres donde descubrirás como cuidar tu piel para mantenerla sana durante el invierno.

No es cuestión de que envíes a la basura toda la cosmética que empleabas hasta ahora, solo tendrás que reajustar tu rutina de belleza con tratamientos y gestos que te ayuden a pasar la temporada de frío en buenas condiciones. 

¿Por qué la piel envejece más en invierno?

Aunque en ocasiones se piensa que el frío mantiene la piel más tersa y libre de arrugas, lo cierto es que durante el invierno las agresiones sobre la piel son constantes. Por ello es recomendable aumentar los cuidados durante esta temporada del año para evitar su envejecimiento prematuro.

En esta época bajan las temperaturas bajan y hace aparición la calefacción, con dos efectos principales sobre tu piel: el desequilibrio por la diferencia de temperaturas entre el interior y el exterior y el aumento de la contaminación sobre tu piel.
Los cambios bruscos de temperaturas pueden dar lugar a una mayor sequedad de la piel, a rojeces, picores y a la aparición incluso de la llamada couperosis.

A esto se une un error muy común: no emplear protector solar, pensando que el sol no es tan malo como en verano, pero los rayos ultravioleta agreden a nuestra piel de igual forma durante todo el año. Si a esto sumas la acción del tabaco, el fotoenvejecimiento es más acusado pues se ha demostrado, de manera científica, que diez años de tabaquismo, acelera el envejecimiento cutáneo en dos años y medio.

Como ya te habrás dado cuenta, para evitar que estas agresiones te pasen factura, no debes descuidarla.

¿Qué cosmética es la más recomendable en casa?

La hidratación es fundamental durante la temporada del frío, de esta manera puedes mantener la piel suave, flexible y saludable.
Emplea cremas y lociones que contengan ácido hialurónico, una molécula capaz de captar hasta mil veces su peso en agua para mantener la hidratación cutánea; glicerina,  un humectante que capta agua de las capas más profundas de la piel y del ambiente por lo que aporta confort; urea, hidratante pues aporta agua y humectante ya que retiene la humedad de la piel; alantoína, humectante, bactericida y calmante de irritaciones especialmente en pieles dañadas o pantenol, derivado de la vitamina B5 que protege la barrera cutánea en pieles alteradas.
En casos de piel extremadamente seca, la inclusión de aceites como el de rosa mosqueta, argán o almendras puede ser beneficiosa.

El uso de fotoprotector es básico para proteger nuestra piel del envejecimiento prematuro como consecuencia de la radiación solar. Por este motivo su uso se hace fundamental, especialmente si pasas unos días en la nieve, donde la radiación UV se multiplica debido al efecto de la reflexión.

¿Es necesario un extra?

Ante la llegada del frío, no debes escatimar con la hidratación en tu rutina de cuidado de la piel. Así, si la piel carece de confort y llegan a aparecer rojeces o grietas, puedes optar por aplicar una mascarilla  con activos calmantes y antiinflamatorios que suponga una experiencia reparadora para la piel. Entre los ingredientes más buscados encuentras:
– Manzanilla:  es un magnífico anti-inflamatorio natural y antibacteriano.
– Caléndula: posee propiedades hidratantes, humectantes, reparadoras y calmantes.
– Manteca de karité: suaviza y regenera pieles secas.

Otra opción es el empleo adicional de boosters o de serums hidratantes, nutritivos o calmantes dependiendo de tu necesidad:

• Los hidratantes aportarán una hidratación  profunda para que tu piel se sienta cómoda a lo largo de todo el día.
• Los nutritivos, destinados tanto a pieles maduras como a pieles muy secas, ayudan a resensificar la piel.
• Los calmantes además de aportar alivio, reparan y protegen tu piel. 

¿Y desde la cabina de estética?

Tu especialista en belleza de la piel, la esteticista, es la persona más adecuada para ayudarte a tratar tu piel tanto desde casa como la cabina, así que confía en ella para tu cuidado.

Para preparar y proteger tu piel del frío nada mejor que los tratamientos hidratantes con el objetivo de restaurar la película hidrolipídica o de protección de la piel, proteger la piel de la pérdida de agua, nutrir e hidratar y proporcionar a la piel mecanismos para retener el agua. Esto se traduce en una piel hidratada, suave, tonificada, elástica y luminosa.

Si tu piel ya ha comenzado a sufrir las agresiones invernales, puedes recurrir a los tratamientos para piel sensible. Son ideales si tu pies se irrita con facilidad antes los cambios de temperaturas bruscos. El objetivo de estos tratamientos son reforzar la barrera cutánea, ayudar a proteger los capilares, controlar los efectos del envejecimiento y mejorar el bienestar de la piel.

Otros consejos:

• Evita los baños con agua muy caliente, no solo favorecen la deshidratación sino que también contribuyen a arrastrar los lípidos necesarios para mantener una piel equilibrada y sana.
• Ayúdate de los humidificadores para mantener la hidratación ambiental reducida debido al uso de la calefacción. Recuerda que el 10% de la hidratación cutánea se capta desde el ambiente.
• Protege rostro y manos con bufandas y guantes para evitar la acción del aire y el frío.
• Mantén una alimentación equilibrada y rica en vitaminas A, C y E así como en ácidos grasos que nutran tu piel desde el interior.
• Bebe suficiente líquido para mantenerte bien hidratado. Puedes optar tanto por agua como por caldos e infusiones si te apetece algo caliente que combata las frías temperaturas exteriores.
• No olvides las zonas más delicadas: contorno de ojos y labios.

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