Así, un 75,28% de los encuestados la señala como el principal riesgo para su actividad, seguido de la inflación (66,82%) y de la subida de los tipos de interés (53,01%).
El sondeo apunta igualmente al entorno internacional (29,18%) y a las dificultades para contratar nuevos perfiles profesionales acordes a las necesidades actuales del mercado (24,05%) como factores que erosionan la competitividad de las empresas andaluzas.
Las empresas andaluzas perciben peor lo más lejano
Esta V edición del Barómetro evidencia que las empresas perciben peor lo más lejano: consideran mejor su propia situación que la del sector en el que operan, así como es mejor su percepción de la región respecto al ámbito nacional.
De este modo, para el 43% de los encuestados, la situación de la economía en España es “mala o muy mala”. Esa misma percepción sobre la situación en Andalucía la comparte un 21,4%.
Cerca de la mitad de las empresas andaluzas (49,2%) califica la situación de la economía regional como “regular”; mientras que para un 29,4% es “buena o muy buena”. Un 42% de los encuestados considera que la situación en la región empeorará a un año vista; un 69% opina que la economía en España irá a peor en el próximo año.
Respecto a su propia situación económica, más de la mitad de las empresas (57,7%) la definen como “buena o muy buena”, frente a un 33,2% que la califica de “regular”, y un 9,1% que habla de una “mala o muy mala” situación. Sólo una de cada cinco empresas andaluzas espera que su situación empeore a un año vista.
Incidencia de los factores del entorno
El entorno institucional tiene un apartado propio dentro del Barómetro, en el que la regulación y la planificación económica, la fiscalidad y la burocracia administrativa son percibidas como obstáculos para el desarrollo de las actividades empresariales.
Así, empeora ligeramente la percepción sobre el funcionamiento de las administraciones en relación con las empresas, si bien esta dinámica se focaliza en el ámbito nacional: el 67,4% considera que la Administración del Estado ha empeorado, frente a la mejora relativa de la percepción empresarial sobre la Administración autonómica (para el 32,7% ha mejorado su funcionamiento; según un 17,3%, ha empeorado).
El fomento de la eficiencia energética y el apoyo a la internacionalización son, en cuanto a la política económica en general, los aspectos mejor valorados. En el extremo contrario, el tratamiento fiscal y la reforma del mercado laboral.
Dentro de las prioridades para el fomento de la actividad empresarial, los encuestados insisten en el necesario aumento de la agilidad administrativa y en la reducción de las cargas fiscales y laborales que soportan las empresas en la actualidad.
Conclusiones
El Barómetro de Percepción de la Empresa Andaluza refleja un escenario económico complejo y desafiante para las empresas de la región. La inestabilidad política, la inflación y la subida de los tipos de interés son las principales amenazas para su actividad.
Además, las empresas andaluzas perciben que el entorno institucional, especialmente en el ámbito nacional, es un obstáculo para su desarrollo.
La reducción de las cargas fiscales y laborales, el aumento de la agilidad administrativa y el apoyo a la internacionalización son las principales prioridades para el fomento de la actividad empresarial en Andalucía.