Invertir para alquilar

La compra de vivienda como inversión sigue despertando interés en Sevilla. El porcentaje de inversores está por encima de la media comunidad. Muchos de estos inversores compran una vivienda para ponerla en el mercado del alquiler, pues la rentabilidad bruta del alquiler es alta en varias provincias. Por ejemplo, en la ciudad de Sevilla, con un inmueble en alquiler se puede obtener una rentabilidad bruta anual del 10%. El tiempo necesario para recuperar la inversión en el inmueble ronda los 12 años. Si a esto le sumamos que el precio del alquiler en Sevilla ha crecido un 11% en el último año, la compra como inversión sigue siendo atractiva. Esta información se desprende del informe Análisis del mercado de la vivienda en Andalucía. Un estudio elaborado con la información de las operaciones de intermediación inmobiliaria y financiera realizadas.  los propietarios que sacan al mercado una vivienda tienden a sobrevalorar sus inmuebles, con un precio por encima y lejano del que fija el propio mercado.

Ahora, sin embargo, los aumentos de precios son inferiores. Por eso, esa sobrevaloración es contraproducente, puesto que la vivienda tarda más tiempo en venderse y lo hace cuando los propietarios se dan cuenta del error y rebajan el precio. Si comparamos qué sale más a cuenta comprar o alquilar, los datos hablan por sí solos. En Sevilla, por ejemplo, una persona que cuente con algunos ahorros previos puede obtener una cuota hipotecaria inferior a un alquiler. 

Esto es un clásico que se ha hecho toda la vida, la forma de invertir es comprar un piso y alquilarlo y, con el dinero de la renta, ir pagando su hipoteca hasta que sea ya nuestro del todo. Y no es ninguna tontería: es un modo muy cómodo de ahorrar. Sin embargo, no todo son ventajas y debemos tener algunas cosas claras antes de emprender esa aventura:

Debemos tener la capacidad económica para la compra, es decir, que nos concedan una hipoteca suficiente y que podamos pagar sus recibos sin agobios con el dinero que cobramos por el alquiler teniendo en cuenta imprevistos de los que hablamos a continuación.

Estos imprevistos pueden darse cuando un inquilino nos deja de pagar la renta por la razón que sea (porque se ha quedado en paro, porque tiene otros problemas personales o, sencillamente, porque es un sinvergüenza); en España echar a un inquilino moroso es algo que se puede prolongar bastante en el tiempo y es posible que estuviéramos muchos meses sin cobrar el alquiler y que después, encima, tengamos que realizar algún tipo de inversión en el piso porque nos lo ha dejado en un estado lamentable. Si pasa esto el banco nos va a seguir cobrando el recibo de la hipoteca todos los meses sin que le importe los más mínimo si el arrendatario nos paga o no y tenemos que estar preparados, económicamente, para afrontar esta situación muy posible.

Otros posibles problemas serían que no consigamos alquilar el piso durante algún tiempo: el proceso de búsqueda de un inquilino puede ser más largo de lo que creemos y, en estos casos, también deberemos seguir pagando la hipoteca. Si tenemos todo esto controlado el comprar para alquilar puede ser una buena opción ya que, si todo sigue como es de esperar, su rentabilidad es muy alta, llegando a multiplicar por 10 una inversión en renta fija normal.

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