
La Catedral de Sevilla, historia y maravillas del mayor templo gótico del mundo
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El corazón de Sevilla alberga una de las joyas arquitectónicas más icónicas del mundo. La Catedral de Sevilla, con su majestuosidad y su historia centenaria, es un lugar de encuentro entre la espiritualidad, el arte y la cultura. Con cada rincón lleno de tesoros, invita a sus visitantes a un viaje por el tiempo y la belleza.
La Catedral de Santa María de la Sede, más conocida como la Catedral de Sevilla, es un emblema de la arquitectura gótica y uno de los monumentos más visitados de España. Situada en el corazón de Sevilla, este majestuoso edificio es mucho más que un lugar de culto: es el reflejo de siglos de historia, arte y espiritualidad. Con una superficie de más de 23.500 m², se alza como la catedral gótica más grande del mundo y la tercera iglesia cristiana en dimensiones tras San Pedro del Vaticano y San Pablo de Londres.
La construcción de la catedral comenzó en 1401 sobre los restos de una antigua mezquita almohade. Este proyecto fue concebido con una ambición descomunal, guiado por la frase: «Hagamos una iglesia tan grande que los que la vieren acabada nos tengan por locos». La obra, oficialmente finalizada en 1507, requirió más de un siglo de trabajo y dio origen a un edificio que combina el estilo gótico con elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos, producto de ampliaciones y restauraciones posteriores.
En su interior, la Catedral de Sevilla guarda innumerables tesoros artísticos y culturales. El retablo mayor, considerado el más grande del mundo, es una obra maestra de la escultura flamenca creada por Pierre Dancart. Con 45 escenas de la vida de Cristo y la Virgen María, este imponente conjunto refleja la devoción y la riqueza de la época. También destaca la tumba de Cristóbal Colón, un sepulcro monumental sostenido por cuatro figuras que representan los antiguos reinos de España: Castilla, Aragón, Navarra y León.
«Hagamos una iglesia tan grande que los que la vieren acabada nos tengan por locos.» Esta frase inspiró la construcción de la Catedral de Sevilla, reflejando su ambición y magnificencia.
La Giralda, el campanario de la catedral, es uno de los símbolos más icónicos de Sevilla. Originalmente un alminar de la mezquita almohade, esta estructura se adaptó tras la reconquista cristiana. Con una altura de 104 metros, ofrece una vista panorámica de la ciudad que maravilla a quienes se aventuran a subir por sus rampas, diseñadas para permitir el acceso a caballo. Su parte superior, añadida en el siglo XVI, está coronada por el Giraldillo, una veleta que representa la fe triunfante.
La catedral también alberga la Biblioteca Colombina, fundada por Hernando Colón, hijo del navegante genovés. Esta colección de más de 8.000 volúmenes incluye manuscritos y libros impresos de los siglos XV y XVI, lo que la convierte en un tesoro de incalculable valor histórico.
Dentro del templo, los visitantes pueden maravillarse con la Capilla Mayor, donde se encuentra el imponente retablo, así como con la Sacristía Mayor, un espacio renacentista que guarda reliquias y tesoros de gran valor, como la custodia procesional. Además, el Tesoro de la Catedral es una sala que reúne objetos litúrgicos de exquisita orfebrería, destacando la corona de la Virgen de los Reyes, adornada con piedras preciosas.
Uno de los aspectos más fascinantes de la catedral es la posibilidad de visitar sus cubiertas. Esta experiencia permite a los visitantes caminar por las alturas del edificio, descubriendo detalles arquitectónicos ocultos, como los arbotantes y las gárgolas. Además, ofrece una perspectiva única de Sevilla, con vistas que abarcan desde la Giralda hasta el río Guadalquivir. Las visitas a las cubiertas son guiadas, proporcionando una explicación detallada sobre la historia y la construcción del edificio.
Durante todo el año, la Catedral de Sevilla es escenario de importantes celebraciones religiosas y culturales. Entre ellas, destaca la Semana Santa, cuando hermandades de toda la ciudad procesionan bajo su imponente arquitectura. El Corpus Christi también es un evento significativo, donde la custodia procesional, una joya de la orfebrería sevillana, recorre las calles adyacentes.
Mantener un edificio de estas dimensiones y relevancia histórica requiere un esfuerzo continuo en conservación y restauración. En los últimos años, se han llevado a cabo proyectos como la restauración del retablo mayor y la limpieza de la Giralda. Estas iniciativas no solo preservan el patrimonio, sino que también aseguran que futuras generaciones puedan disfrutar de su esplendor.
La experiencia de visitar la Catedral de Sevilla no estaría completa sin una subida a la Giralda, desde donde se puede contemplar una de las vistas más espectaculares de la ciudad. Además, las visitas nocturnas ofrecen una perspectiva única, iluminando su interior con una atmósfera casi mágica.
La Catedral de Sevilla es un legado universal que trasciende fronteras. Cada piedra, cada capilla y cada obra de arte narra una historia de fe, ambición y creatividad humana. Este majestuoso templo sigue siendo un emblema de Sevilla, una ciudad que combina tradición y modernidad en perfecta armonía. Quienes la visitan no solo descubren un monumento, sino que también se conectan con el alma de una ciudad que nunca deja de inspirar.