En el año 2017 la Asamblea General de la ONU decidió recordar cada 21 de agosto como el Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo. El principal objetivo es ofrecer apoyo e información tanto a las víctimas, como a los familiares de aquellos que murieron. Nuestra ciudad ha sido testigo directo de los actos más terribles de la banda terrorista ETA. El 30 de enero de 1998 ETA asesinó en Sevilla al concejal y teniente de alcalde Alberto Jiménez-Becerril Barrio y a su esposa Ascensión García Ortiz. Ese mismo año el Ayuntamiento de Sevilla, reunido en pleno el 30 de julio de 1998 y por unanimidad, creó la Fundación contra el Terrorismo y la Violencia Alberto Jiménez-Becerril. Se trata de una institución de defensa y recuerdo de las víctimas, y también de defensa de valores y principios como educar y formar en el comportamiento pacífico, promoviendo una sociedad plural basada en el respeto a los derechos ajenos.
Desde la Fundación entienden “que la violencia, especialmente la que se practica como forma de extorsión política mediante el terror, es moralmente aborrecible y radicalmente incompatible con el ejercicio de la democracia y la libertad, y quienes la practican sólo merecen la condena y el desprecio de todos”. Por ello, mediante una serie de proyectos y actividades, tratan de promover la defensa de la dignidad de las víctimas del terrorismo desde la acción de la justicia y pretenden contribuir a las acciones tendentes a evitar la impunidad de los delitos de terrorismo. “Queremos comprometernos en la tarea de propiciar conductas no violentas, en alentar y promover el rechazo a tales actitudes de forma activa, por ello, el fomento de un espíritu participativo de los ciudadanos así como despertar el interés por los fines pacíficos y las acciones solidarias, son criterios fundamentales de nuestra actividad” aseguran desde esta institución.
En este sentido la Fundación cuenta con algunos objetivos muy claros como la educación y la formación en valores, especialmente de los jóvenes, del comportamiento pacífico de los ciudadanos y la promoción de una sociedad plural basada en el respeto a los derechos ajenos. “Queremos despertar el interés de los ciudadanos, muy especialmente de los jóvenes, en acciones, comportamientos y movimientos de carácter pacífico que tiendan a la consecución de conductas no violentas. Alentaremos y promoveremos, a través del conocimiento, el rechazo a las actitudes violentas y a todas aquellas que supongan agresiones o transgresiones de los derechos fundamentales de las personas. Asimismo, fomentaremos el espíritu de participación y procuraremos despertar el interés de los ciudadanos en las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales de fines pacíficos y de acciones solidarias” afirman.
También pretenden promover, buscando para ello la colaboración con otras instituciones de carácter nacional o internacional, estudios y análisis que tengan como objetivo los fines antes señalados, así como seminarios, conferencias, actos públicos, premios, becas y otras acciones de carácter científico, divulgativo y participativo.
La Fundación Alberto Jiménez-Becerril lleva a cabo numerosas actividades, sobre todo de concienciación en los jóvenes y de recuerdo y homenaje a las víctimas del terrorismo y en especial a Alberto y Ascen. El mes pasado inauguraron el “Muro del Recuerdo” en memoria de todas las víctimas que ha sido instalado en el Centro Comercial Torre Sevilla. Además han recordado el aniversario de los asesinatos de Alberto y Ascen el pasado día 30 de enero, con actividades diferentes por motivos del Covid-19. De todas ellas nos confiesan que, aunque todos los proyectos de esta fundación son satisfactorios, “quizás el más llamativo y relevante sea el Encuentro de Jóvenes, cuyas jornadas terminan con una sesión de conferencias en el Parlamento Europeo.
En esta actividad suelen participar un grupo de 50 jóvenes, que después de estar varios días recibiendo formación, se enfrenta a un parlamento a nivel internacional donde podrán saber de primera mano las leyes europeas en materia de terrorismo que el propio parlamento tramita o están tramitadas, por lo que terminan con una amplia información del pasado, presente y futuro de las víctimas del terrorismo y sus derechos de asistencia y justicia dentro del espacio europeo.
Para la Fundación es muy importante poner el foco en los jóvenes para trabajar la concienciación contra la violencia y el terrorismo. “Entendemos que todo esto se superará cuando las nuevas generaciones sean conscientes de lo sucedido y sean formados en valores. Es una generación que está condenada a entenderse y a dialogar para llegar a un consenso y nuestra idea es formarlos para ello, para que enfrenten cualquier tipo de violencia y para ello empezamos en el colegios con los pequeños a través de una formación de formadores que serán ellos mismos los que en primera instancia sepan resolver esos casos” nos explican.
Entre sus proyectos a corto y largo plazo nos cuentan que “es importante para los fines de la fundación el trabajo constante con los jóvenes a los que tenemos que inculcar el espíritu de respeto y libertad respecto a los demás. También es importante, para que no se vuelva a repetir, explicar qué pasó y porqué y cuáles fueron las consecuencias de esas acciones, que si bien a nosotros nos queda lejos, hay muchos ciudadanos que lo sufren a diario. Desgraciadamente la violencia se ejerce en cualquiera de sus formas y tenemos que educar en el respeto a nuestros jóvenes para que desde, que son adolescentes, piensen que eso no beneficia a nadie y lo importante es el diálogo y la tolerancia. Será una generación que se verá obligada a dialogar y es mejor que lo aprendan ya en los propios colegios. Que haya una formación de formadores y los asuntos se resuelvan con la tolerancia y el diálogo. Para ello tenemos previsto, este año, realizar un ciclo de conferencias en los institutos y universidades, con expertos en la materia que nos ocupa y tomen conciencia de ello. Asimismo conocerán de primera mano que hay distintos tipos de violencia y que estamos obligados a denunciarla y evitarla”.
En definitiva, la Fundación contra el Terrorismo y la Violencia Alberto Jiménez-Becerril trabaja a diario para contribuir a la construcción de un mundo en el que la violencia, en cualquiera de sus formas, ocupe el menor lugar que sea posible, desarrolla programas y actividades y se mantiene firme como una institución de defensa de los valores de libertad y respeto al pluralismo, la convivencia y la tolerancia, junto a las personas que se comprometen claramente cada día por un mundo mejor.