La marca personal: el nuevo motor invisible de las empresas

Vivimos en una era en la que las marcas ya no son solo logotipos, sino caras, voces y emociones. Las personas compramos a personas, confiamos en personas y seguimos a personas. Por eso, hoy, la marca personal no es una tendencia: es un activo estratégico que influye directamente en los resultados de cualquier empresa.

Hace años bastaba con tener un buen producto y una imagen corporativa sólida. Hoy, eso ya no garantiza la conexión. Los consumidores buscan autenticidad, cercanía y coherencia. Cuando un CEO o empresa, fundador o directivo proyecta una marca personal clara, humanizada y alineada con sus valores, genera un efecto multiplicador: aumenta la confianza, mejora la percepción de marca y, sobre todo, fideliza. Las empresas sin rostro se diluyen. Las que tienen líderes visibles, coherentes y con propósito, atraen.