La microbiota en la salud femenina

En una anterior publicación ya se trató el tema de la microbiota y la nutrición. Esta vez, vamos a profundizar un poco más en relación a la salud de la mujer.

Para comenzar, la microbiota intestinal puede cambiar en las diferentes etapas de la mujer e influye directamente en la microbiota vaginal.  Su composición variará según la etapa de la vida en la que se encuentre. 

Su fuente de energía procede de la fibra que ingerimos, por lo que nuestra forma de alimentarnos o nuestra dieta también es un factor determinante en su composición y funciones, así como el ejercicio. Además, la alimentación de la mujer durante el embarazo puede determinar la microbiota del recién nacido. 

Lo mismo ocurre con la alimentación de la madre gestante. Unos hábitos de alimentación inadecuados pueden producir cambios negativos en la composición de la microbiota del bebé, asociados a trastornos intestinales. 

El consumo de probióticos también ha demostrado beneficios en la microbiota. Por jemeplo: un bol de yogur griego natural o kéfir con rodajas de tu fruta favorita y chocolate negro al 70% sería un ejemplo de merienda ideal para ti y tu microbiota. Así como, unos pepinillos como snack de media mañana  o un salteado de tempeh con ajos tiernos, almendras y brócoli como comida o cena.

De hecho, tan importante es el impacto de la microbiota en nuestro organismo, que los expertos la consideran como un “órgano” más, al cual hay que cuidar mucho.

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