CIFRAS Y LETRAS | No hay que comunicar más, hay que comunicar mejor

Esto de comunicarnos empieza hace aproximadamente 2,5 millones de años. En esa era, unos antepasados nuestros desarrollaron un “descenso laríngeo” y pudieron empezar a comunicarse con gestos y sonidos. Un estudio reciente lo sitúa hace 27 millones de años, pero por unos años arriba o abajo no nos vamos a pelear.

Estudios posteriores nos dicen que hace unos 50.000 años apareció el lenguaje humano, y es de hace unos 7.000 años cuando tenemos muestras del dominio de la escritura en Egipto, Mesopotamia y China.

La comunicación nace por la necesidad de sobrevivir, por la lucha por la supervivencia y en respuesta a los instintos de los humanos que se vieron obligados a transmitir a quienes les rodeaban sus impresiones, sentimientos, emociones, sabiduría, etc.

Nos venimos a fechas más cercanas y en nuestro contexto demográfico, el español tiene 93.000 palabras, de las cuales usamos con regularidad unas 5.000. Hay un estudio que dice que los hombres usan unas 10.000 palabras al día y las mujeres unas 27.000, aunque hay detractores sobre esto. Si le preguntas a “Alexa”, te dice que de media, las mujeres pronuncian 16.215 palabras al día y los hombres 15.669 palabras.

Cervantes en su obra utilizó 23.000 palabras de esas 93.000, y El Quijote está considerado como la primera gran novela moderna. Aquí vamos.

Nos dejamos ya de números. Hoy en día no paramos de recibir impactos, sonidos, imágenes, mensajes, el móvil, datos, chats, anuncios, noticias… Nuestro cerebro no está capacitado para tantas impresiones a la vez. Él va seleccionando qué quiere procesar y qué no, y lo mismo pasa a la hora de hacer que el mensaje de nuestra empresa llegue a donde queremos en esta jungla de contenidos. No hay que comunicar más, hay que comunicar mejor, y esto ahora es una regla de oro.

La neurociencia nos ha demostrado que la mayor parte de nuestras decisiones son tomadas por nuestro cerebro primitivo y no por el cerebro pensante. Nosotros lo que hacemos es usar estrategias de marketing combinadas con la neurociencia para poder descubrir los deseos, las necesidades, las causas y el interés de nuestros futuros receptores. El neuromarketing en estos tiempos es vital. Saber usar los estímulos que recibimos por nuestros sentidos al elegir eslogan, mensaje, momento, forma, etc., hace que una campaña o una comunicación sea efectiva o no.

Y un último consejo que ya mencioné en mi anterior artículo: hay que transmitir eso que no se mide ni en gramos ni en centímetros, eso que nos “pellizca” por dentro, lo que sentimos, lo que nos hace sentir. Tenemos que dotar de alma nuestro mensaje y nuestra empresa, o solo seremos medibles en tabulaciones, pero no en sentimientos.

** Las opiniones expresadas en los artículos de ‘Voces de Experto’ en PYMES Magazine son de exclusiva responsabilidad de sus autores, no comprometiendo la postura editorial de la revista. Tampoco nos hacemos responsables si se ha usado la IA para escribir el artículo.

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