¿Y después de la feria, qué?

Un profesor mío, gran empresario de la publicidad exterior en Andalucía, me decía: “José Luis, aquí en Sevilla suena un tambor y se acaba nuestro negocio”.

Bueno, debo decir a su favor que el señor no era de aquí y no destacaba por su amabilidad ni por sus dotes en relaciones públicas.

Sin embargo, no es verdad. Ahora en Sevilla y en Andalucía se abre un mundo de posibilidades en cuanto a la publicidad, el marketing y, sobre todo, a las campañas de relaciones personales y públicas.

Ya tenemos más sol, más calor, más horas de luz, salimos más, nos relacionamos más, sonreímos más, hablamos más… ¡y eso hay que aprovecharlo!

Hoy en día, las redes sociales nos permiten llegar como marca o promoción a mucha gente con un solo clic o solo porque desplazan sus dedos por su móvil (como usted está haciendo ahora con mi artículo). Y es en eso en lo que quiero incidir.

No es lo mismo una campaña enfocada a tiempos de frío, en casa o sin ganas de pisar la calle que una campaña ahora con el buen tiempo. Las ganas de salir (pese a las alergias) refrescan nuestra mente y nuestros sentidos y nos invitan a sonreír, compartir, hablar, mirarnos y entender que estamos en la época en la que la vida renace cada año para ofrecernos lo mejor de sus colores, sabores, fertilidad y ese puntito de “no sé qué” que nos hace más sociables a todos.

Ahora tocan campañas amables, directas, de sonrisa abierta, de sed, de ganas de hablar, de complicidad, de “calorcito” y de aquí estamos ya en la primavera más bonita del mundo.

Usémosla. Hay que saber aprovechar el contexto de temporalidad que tenemos para nuestros productos. Hay que sacar ese lado primaveral, olvidarnos de “capullo” y del “gusano” y saber que ahora hay que ser mariposas para nuestros clientes y para nuestros futuros clientes.

Atrevámonos, vayamos a por la primavera, a por sus colores, a por sus olores, a por sus sentidos y hagamos que eso se contagie a nuestra marca, a nosotros y a nuestro negocio. Dejémonos enamorar por un tiempo de oportunidades que en Sevilla empieza con olor a azahar y que un tambor lo único que nos marca es que algo bueno, hermoso, cuidado y mágico está pasando para que seamos capaces de hacer negocio de este tiempo que solo aquí se da.

Hay que suavizar los mensajes, llenarlos de tonos pastel, de olor, de complicidad y de “compartir” lo que somos con quien entendemos que les podemos gustar. Ahora toca explicar y definir nuestro producto.

No son tiempos ni del último toque de martillo en el paso, ni de la última en la caseta y hasta el año que viene. Es ahora cuando toca sentir la resaca de lo que no se puede explicar con palabras, toca hablar del “alma” de lo que te hace sentir a ti nuestra empresa.

** Las opiniones expresadas en los artículos de ‘Voces de Experto’ en PYMES Magazine son de exclusiva responsabilidad de sus autores, no comprometiendo la postura editorial de la revista.

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