Hoy venimos a hablar sobre una de las zonas más azotadas por nuestro modelo de vida actual, la zona lumbar o espalda baja. Dicha zona se enmarca dentro del llamado Core, la zona por excelencia más importante de nuestro sistema músculo-esquelético, el epicentro de nuestro organismo, y cuyo principal objetivo es mantenernos de forma erguida.
Como hemos comentado, su importancia en nuestro organismo es primordial, pero desafortunadamente no lo cuidamos, y de hecho, no le damos la importancia que bien tiene merecida. ¿Y por qué digo esto?, pues simplemente por el hecho de que nos acordamos únicamente de esta zona cuando sentimos dolor o molestia y, en planos generales, este dolor se lo achacamos equívocamente a algún gesto técnico realizado en los centros deportivos o por el entrenador personal en cuestión.
Pero… ¿Por qué no cuestionarnos qué grado de actividad/activación le damos a nuestra faja lumbar durante las 24 horas del día? ¿Por qué buscar culpables entre los profesionales de la actividad física? ¿Por qué acudir a la amiga de muchos y enemiga de otras como la manta eléctrica?. Deberíamos pensar más que muchos de nuestros problemas o patologías a nivel muscular o tendinoso emanan de una escasa actividad o un modelo de vida sedentario y cuyo mejor remedio es la actividad física y la confianza total y absoluta de los verdaderos profesionales de la actividad. ”En cuestiones lumbares, los caminos cortos no son válidos“.