“Doctor, estamos muy agobiados porque hemos visto que Martina en la anterior revisión estaba en el percentil 45 y en esta revisión ha bajado al percentil 30. ¿Eso significa que no se está alimentando bien?”
El “mundo de los percentiles” se llega a apoderar de los padres, provocando una “maldita obsesión” porque su hijo esté por encima de la media (percentil 50).
Querido público, es lógico que sólo el 50% de los niños estará por encima de la media y el otro 50% estará, irremediablemente, por debajo de la misma, por eso es la media.
Si todo el mundo pretendiese estar por encima de la media, ésta subiría y continuaría dejando siempre una mitad por encima y otra mitad por debajo.
El percentil 50 de peso o talla no es el percentil ideal, solo refleja que la mitad de los niños pesan o miden más y la otra mitad menos.
Intentaré aclarar este tema.
¿Qué son los percentiles?
En realidad “percentil” no es un concepto médico sino matemático, más bien, estadístico.
Indica simplemente el porcentaje de individuos que se encuentran por debajo del valor medido. Es decir, estar en el percentil 40 significa, simplemente, que el 40% de los individuos están por debajo del valor en cuestión.
En Pediatría, especialmente en los dos primeros años de vida, utilizamos con frecuencia las gráficas de crecimiento con percentiles para comparar el crecimiento de un determinado niño con respecto “a su grupo de iguales”. Estas graficas están elaboradas a partir de la medición de muchos individuos y representan la normalidad de crecimiento de los niños sanos de una población. Por tanto, decir que un niño está en el percentil 38 de peso significa simplemente que el 38% de los niños sanos de su edad pesan menos que él. Por otro lado, debemos conocer la población de referencia de la gráfica, es decir, a partir de qué individuos se elaboró la gráfica. No es lo mismo si fueron alimentados con lactancia materna, artificial,…
Estadísticamente en la mitad de las revisiones de cada día tendré que escuchar: “Doctor, ¿estar en el percentil 25 no es malo?, ¿no es mejor estar en el percentil 80?”
Y yo responder una y otra vez: “Pues ni bueno ni malo. Simplemente nos da un dato comparativo frente a los niños sanos de su edad. ¿Acaso un adulto que mide 180 cm está más sano que el que mide 175 cm? Cada uno es como es”.
Estadísticamente, a la otra mitad, no tendré que darles ninguna explicación puesto que todas las familias se encuentran muy “orgullosas” de tener a su bebé por encima de la media.
Además, hay que conocer las variaciones normales en los ritmos de crecimiento para no agobiarse ante un parón en la curva de peso que es esperable por la edad.
Entonces, si da igual el percentil, ¿por qué los pediatras lo miran?
A los pediatras, más que el percentil en sí, nos interesa la curva de crecimiento que se va dibujando con mediciones seriadas de un niño, porque puede ser un “chivato” precoz de algunos problemas.
Si en el seguimiento de un niño observamos un estancamiento en la curva de crecimiento puede estar indicando el inicio de algún problema, especialmente si coincide con la aparición de algún síntoma.
Por ejemplo, si un niño venía creciendo en una curva de peso entre un percentil 70-90 y a los 7 meses comienza a hacer un estancamiento llamativo, bajando a una curva entre el percentil 25-10 y comienza a presentar diarrea persistente y algunos vómitos, pudiera estar indicando que alguno de los alimentos que introdujimos a esa edad no le está sentando bien. Si introdujimos el gluten habrá que descartar que sea celiaco.
Por el contrario, un niño que siempre ha estado en el percentil 7 de peso y se mantiene ahí, estando asintomático, feliz y contento, no debemos sospechar nada. Simplemente su curva nos indica que un 7% de los niños sanos de su edad pesan aún menos que él.
Espero con estas aclaraciones calmar la ansiedad que generan los percentiles en muchas familias.