La capital malagueña se consolida como ciudad innovadora y atractiva, con más población, empleo, cultura, conectividad y oportunidades empresariales.
Una ciudad que ya no es promesa, sino realidad
Málaga vive un momento histórico. Con más de 590.000 habitantes, una tasa de paro del 12,7 % y un PIB en constante ascenso, la ciudad ha sabido reinventarse y posicionarse como uno de los grandes motores urbanos del sur de Europa. De la mano del talento, la inversión tecnológica y el impulso cultural, Málaga ya no solo se vende como destino turístico: se ofrece como espacio para vivir, emprender e innovar.
Economía, tecnología y empleo: un ciclo virtuoso
En la última década, el Producto Interior Bruto (PIB) de Málaga ha crecido más del 25 %. Uno de los grandes responsables de este impulso es Málaga TechPark, que ya alberga más de 700 empresas y genera más de 23.000 empleos directos. Este ecosistema ha sido clave para atraer a grandes corporaciones como Google y consolidar a la ciudad como hub de ciberseguridad y economía digital.
El empleo crece al ritmo de la ciudad. En 2025, Málaga ha alcanzado su mejor tasa de desempleo en 15 años. Sectores como la tecnología, el comercio, la construcción y los servicios especializados lideran esta nueva etapa de dinamismo económico.
Turismo de calidad y cultura como motores
Con más de 1,9 millones de visitantes en 2024, el turismo sigue siendo uno de los pilares de la economía malagueña. Sin embargo, la ciudad ha logrado diversificar su oferta, apostando por el turismo cultural, gastronómico y de congresos. Museos como el Picasso, el Pompidou o el CAC superaron los 700.000 visitantes, y el Festival de Cine de Málaga atrajo a más de 180.000 personas, generando un impacto económico de 15 millones de euros.
Urbanismo, movilidad y calidad de vida
Málaga crece y se expande. Nuevos barrios en zonas como El Cónsul, Campanillas o el Soho configuran una ciudad más extensa y conectada. La ampliación del metro y el auge del aeropuerto —que superó los 23 millones de pasajeros en 2024— mejoran la movilidad y consolidan a la ciudad como nudo logístico y turístico de referencia.
Este crecimiento ha posicionado a Málaga entre las 20 mejores ciudades del mundo para vivir, según la revista Monocle en 2025. Su clima, seguridad, ambiente cosmopolita y oferta cultural la convierten en un destino ideal para nómadas digitales y profesionales internacionales.
Emprendimiento, pymes e innovación sostenible
El ecosistema emprendedor se refuerza gracias a espacios como el Polo de Contenidos Digitales, La Farola o los programas de Promálaga. Las pequeñas y medianas empresas también se están adaptando a este nuevo ciclo: digitalización, sostenibilidad, kilómetro cero e internacionalización son algunas de las claves que definen el tejido empresarial malagueño.
A todo esto se suma el impulso institucional. El Ayuntamiento, la Diputación y la Cámara de Comercio han sido fundamentales en este proceso, mediante programas de atracción de inversión, apoyo a pymes y promoción exterior de la ciudad.
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