
Marcaje industrial en el aceite de oliva: cómo una línea de código protege la calidad y la trazabilidad
¿Sabías que tu botella de aceite de oliva puede contar una historia? No, no hablamos de cuentos de abuela, sino de datos reales, codificados y precisos que aseguran calidad, trazabilidad y confianza. Todo gracias al marcaje industrial.
Cada vez que una botella sale de una almazara, lleva impreso un código que revela su identidad: fecha de embotellado, línea de producción, lote y más. Este marcaje permite que cada envase sea rastreable desde su origen hasta el consumidor final. ¿Y cómo se imprime esa información? Ahí es donde entra nuestra tecnología.
Una tecnología discreta… hasta que la necesitas
Aunque estos equipos funcionan en segundo plano y rara vez se les presta atención, su importancia se vuelve evidente cuando algo no sale según lo previsto. Porque, en la industria del aceite, como en muchas otras, los problemas no avisan. Y es precisamente en esos momentos donde el marcaje industrial se convierte en el héroe silencioso de la trazabilidad. Mira este ejemplo real que ocurrió en una almazara de Jaén…
Un caso que lo cuenta todo:
En una pequeña almazara familiar de la provincia de Jaén, que exporta aceite de oliva virgen extra a varios países europeos, el sistema de marcaje fue clave para resolver una situación crítica. A finales de noviembre, una partida de botellas llegó a un distribuidor en Alemania con una reclamación por sabor alterado. Gracias al código impreso con un equipo CIJ sobre el vidrio, el fabricante pudo rastrear rápidamente el lote, identificar el día exacto de embotellado y descubrir que una de las cisternas de almacenamiento había sufrido una contaminación cruzada con un aceite de menor calidad. El incidente se resolvió con rapidez, se retiró el lote afectado y la reputación de la marca quedó a salvo. Sin esa pequeña línea de números y letras, la historia habría sido muy distinta.
Así que la próxima vez que uses aceite para una ensalada o unas tostadas, mira esa línea de números y letras. No es un adorno. Es la historia de un producto cuidado, controlado y listo para llegar a tu mesa con la máxima garantía. Y todo gracias a una tecnología que, aunque no hace ruido, marca la diferencia.
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