
La sangre, el motor invisible: por qué cuidar tu circulación es clave para tu salud
Por Daniel Rodríguez
Director Sport ON
Roja, intensa e imponente para algunos cuando se sale de su cauce. Reparadora en cada rincón al que llega cuando damos movimiento a nuestro cuerpo. Nos nutre, su savia mantiene vivo ese árbol centenario que no muere. Marca el biorritmo del ser humano, y sus carreteras y autovías son las únicas por las que debemos luchar para no crear esos peajes llamados colesterol.
Es bombeada con fuerza por los más sanos y fuertes; en su defecto, recorre nuestras venas y arterias de forma pausada en quienes ven decaer su salud o carecen de actividad física. Su motor: el corazón. Su importancia: vital.
Hablo de aquello que no vemos y que merece el mayor de todos los protagonismos: la sangre. Aquello que nos da vida y que regala oportunidades a quienes la necesitan.