Que las emociones dirigen nuestra vida y que de ellas depende nuestro bienestar no hay duda. De igual manera, todos y todas estamos de acuerdo, y en especial las personas que educamos o trabajamos con niñ@s, en que el bienestar emocional de l@s niñ@s contribuye en gran medida a su desarrollo social e intelectual. Sin embargo, y a pesar de lo anterior muchas veces terminamos negando o anulando algunos sentimientos de l@s niñ@s diciéndoles cosas como: “¡No deberías sentirte así!” , “Olvídalo, no es para tanto” o “No ha sido nada, no llores”…
Son las emociones que consideramos negativas o que se manifiestan con más fuerza las que seguramente te cueste manejar, pero negarlas o impedir que tu hij@ las manifieste lleva a generar en él o ella temor, confusión, vergüenza o resentimiento, y esto puede interferir en su aprendizaje y en su bienestar emocional. Suprimir las emociones denominadas “negativas” no hace que tu hij@ deje de tenerlas por lo que lo mejor es enseñarle a identificar, expresar y enfrentar positivamente sus sentimientos, lo que le llevará a desarrollar habilidades útiles para la vida y ser capaz de gestionar sus emociones negativas sin repercusiones no deseadas asociadas.
Una parte importante del aprendizaje sobre cómo gestionar sus emociones tu hij@ lo aprende observando a l@s adult@s significativos de sus vidas: progenitores, abuel@s, herman@s, tí@s, profesores, etc… y por eso el papel que desempeñamos l@s adult@s es tan importante. El problema es que vivimos en una sociedad mayoritariamente analfabeta a nivel emocional por lo que son much@s l@s adult@s que no saben gestionar sus emociones por lo que difícilmente pueden ser buenos modelos de aprendizaje para l@s niñ@s. Si este es tu caso la primera recomendación es que aprendas a reconocer y gestionar tus emociones para que sepas controlarlas y no sean ellas las que te controlen a ti. Una vez logres esto mejorará tu bienestar emocional, tu paciencia y la comprensión de tu hij@. Además, te convertirás en la mejor o en el mejor maestro de tu hij@.
Otras formas o recomendaciones para ayudar a tu hij@ a mejorar su desarrollo emocional son:
Ayuda a tu hij@ a comprender sus emociones y sentimientos mediante el uso de libros, juegos de mesa, títeres, cuentos interactivos, juegos de rol…
Enséñale a identificar y a expresar sus emociones, así como a leer y ser capaz de identificar y comprender las emociones de l@s otr@s niñ@s y de l@s adult@s.
Si ves u observas que tu hij@ está experimentando una fuerte emoción negativa enséñale formas constructivas para desactivar o manejar estas emociones fuertes o negativas, como pintar, dialogar o tomarse un “tiempo de espera”.
Acepta siempre sus respuestas emocionales como legítimas, incluso si no te gusta el comportamiento que produce el sentimiento. Por ejemplo, si la forma en la que tu hij@ demuestra su ira y enfado es golpeando, tirando o rompiendo algo páralo y dile: “está bien sentirse enfadado, pero no está bien lastimar a los demás, a las cosas o a un@ mism@. Háblame de lo que estás sintiendo, de tus emociones”.
Comunica comprensión y empatía reflejando la emoción observada. Por ejemplo, di: “pareces triste” o “pareces molesto”. Luego, si tu hij@ te confirma tu intuición y comienza a hablar, permanece en silencio y escucha con atención lo que te dice sin juzgar ni corregir lo que te está diciendo.
Observa también el comportamiento no verbal de tu hij@ en busca de pistas sobre cómo se siente.
Estas con algunas recomendaciones pero la principal es que tú seas para tu hij@ un ejemplo de cómo reconocer y gestionar las emociones de manera eficaz.