Responsabilidad con mucho retorno

Por Jaime García, Responsable de Banco Mediolanum en la zona Sur

La RSC, la responsabilidad social corporativa, es cuando una empresa, un negocio, devuelve a la sociedad una pequeña parte de lo que ha recibido de ella y, aunque esto parece algo que deba ser exclusivo de grandes corporaciones, no hay límite para la solidaridad. Al contrario, cobra más sentido en ámbitos reducidos, pues las pequeñas acciones tienen un gran impacto en entornos más pequeños. En Banco Mediolanum llevamos tiempo con un proyecto de acción social denominado Aproxima, donde los Family Bankers, voluntariamente, apadrinan o amadrinan iniciativas solidarias de ámbito local obteniendo recursos para aquellos que más los necesitan. Unas iniciativas, que pese a su en apariencia reducido tamaño, son inmensamente satisfactorias.

Hace unos días nos reunimos en Valencia los Family Bankers que colaboramos en Aproxima en una jornada en la que compartimos las iniciativas de este último año. Fue muy emotivo ver a muchas compañeras y compañeros llenos de orgullo y coincidiendo en la satisfacción que les produce recibir una sonrisa, especialmente de niños y niñas, como recompensa. Sin duda, el mayor premio que se puede obtener en estos días.

En la Ciudad de las Artes y las Letras de Valencia supimos de personas que padecen por una enfermedad o por la falta de recursos, historias que están a nuestro alrededor, pero muchas veces pasan desapercibidas. Sin embargo, se han convertido en parte de la actividad cotidiana de muchos Family Bankers. Historias como las de Abril, una niña que padece una enfermedad que solo sufren 45 niños en el mundo y que ha motivado una campaña para recaudar fondos con los que encontrar una cura, o los niños de un hospital de Barcelona que disfrutarán de dos nuevas salas en la planta de oncología. O las más de treinta iniciativas que hemos desarrollado en la zona Sur, Andalucía y Extremadura que han ayudado a niños con cáncer, pero también a sus familias; las que han ofrecido comida, ropa y alojamiento a personas con escasez; o la contribución a la compra de un autobús para trasladar a los niños a sus tratamientos. Son solo algunas de las muchas causas abordadas este año.

En la Convención todos coincidimos en que la solidaridad estriba en pequeños gestos hacia personas con grandes problemas. Y, desde mi experiencia, confieso que apadrinar estas causas es una de las mayores satisfacciones que uno puede tener, hasta el punto de que, una vez te involucras, ya no quieres dejarlo. Es algo contagioso, pues la felicidad que te proporciona se percibe, lo que explica que cada vez sean más los Family Bankers que se involucran en el proyecto Aproxima. Ahora ya hablando como experto en finanzas personales, puedo decir que la solidaridad es uno de los activos más valiosos e importantes en los que uno puede invertir.

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