Termina el año y es el momento de hacer balance de lo conseguido en el año que se ha ido, metas conseguidas, objetivos alcanzados, deseos complidos. El hacer balance no es solo marcar con “conseguido o no conseguido”, el balance debe ser medible, cuantificable. De nade nos sirve tener la sensación de haber conseguido los objetivos del año o de estar contento con los resultados. Las preguntas que me debo hacer son del tipo:
- ¿cuántos clientes nuevos he conseguido este año pasado? ¿cuál era el objetivo anual, trimestral y mensual?
- ¿cuál ha sido la facturación en la línea de negocio 1? ¿cuál era el objetivo marcado?
- ¿cuántos presupuestos hemos presentado? ¿cuántos presupuestos nos han aprobado? ¿cuál era el objetivo a principios de año?
- Si nuestro trabajo o nuestra actividad se desarrolla por fases lo más importante es saber las desviaciones con respecto a lo planificado.
Una vez tengamos toda esta información necesitamos pasar al análisis de los resultados. ¿En qué punto del camino me he quedado? ¿A cuánto me he quedado de alanzar el objetivo? ¿Por qué no lo he alcanzado? O ¿por qué he doblado el resultado? Tan importante es saber por qué no he llegado a la meta como saber por qué la he superado con creces. En el caso de los proyectos por fases lo importante es saber dónde están mis mayores desviaciones y si se producen siempre en la misma fase. Muchas veces los problemas no son de ejecución, sino de malas estimaciones.
Bien, cerrado el año, con los datos en la mano y el análisis hecho, el siguiente paso y el más importante de principios de año es definir los objetivos, metas, planes de acción y acciones específicas que vamos a desarrollar para hacer que el siguiente año sea aún mejor. Este ejercicio lo podemos hacer en el cierre del año que se va, y así empezar el nuevo año con todo definido. Es importante también saber que esta tarea no se hace en dos días, a veces ni siquiera en dos semanas. Hay que dedicarle el tiempo que necesite, pues estamos planificando un año entero.
Esta sección se llama Éxito, Motivación y Liderazgo que al estar en una revista de empresarios se entiende que todo está enfocado en la empresa. Pero ¿qué hay de lo personal? Éxito personal, motivación personal, liderazgo personal. Todo está ligado. No se entiende un empresario que no busque el éxito, que no tenga motivaciones personales ni que sea capaz de liderarse a sí mismo. Efectivamente lo personal y lo profesional van de la mano. Entonces, ¿qué hay de mi cierra anual respecto a lo personal? ¿Cuántas objetivos personales he alcanzado en el año? ¿qué metas he conseguido? ¿cuáles deseos he cumplido? Inevitablemente el análisis debe seguir el mismo patrón. Cual era mi meta cuantificable, qué he conseguido, en qué punto me he quedado, y analizar el porqué de mi éxito o de mi “fracaso”.
Siempre lo he dicho, no existe empresario de éxito si no hay persona de éxito detrás. No existe motivación en lo laboral si no lo hay en lo personal. No hay líder de equipo que en lo personal sea un desastre. Y es que todo va inevitablemente cogido de la mano.
Espero que planifiquéis un FELIZ año nuevo.