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¿Tienes tu negocio desarrollado… o simplemente funcionando?

Hace unos días, un empresario exitoso me preguntó:
“¿Tú crees que mi negocio está realmente desarrollado o solo está tirando?”
Una pregunta honesta… y fundamental. Porque una cosa es que el negocio funcione: que facture, que cubra gastos, que esté operativo.
Y otra muy distinta es que esté desarrollado: que sea sólido, escalable, independiente del dueño y preparado para crecer o resistir cualquier sacudida del mercado o la administración, que aproveche todas las oportunidades del mercado y genere beneficios de forma consistente.
Aquí te dejo 6 preguntas clave que uso para evaluar si su negocio está desarrollado de verdad… o solo está aguantando.

¿Puedes irte 90 días sin que se pare todo? Si no puedes desconectarte sin que el negocio sufra, entonces el sistema depende de ti. Estandariza los procesos más repetitivos. Documenta los pasos y entrena a alguien para que pueda cubrirte.

¿Tienes datos o solo intuiciones? Muchos empresarios van “a ojo”. Pero si no tienes un sistema para medir ventas, márgenes, productividad o satisfacción, estás conduciendo a ciegas. Define 5 indicadores clave. Anótalos cada semana. Lo que no se mide, no mejora.

¿Tu equipo crece contigo o solo cobra? Un negocio desarrollado no es solo un grupo de empleados, es un equipo que evoluciona. Si la gente no mejora, la empresa tampoco. Revisa trimestralmente roles, objetivos y habilidades. Y ofrece formación real.

¿Tus clientes vienen por ti o por tu sistema? Un negocio fuerte crea marca, reputación y fidelización. Trabaja tu propuesta de valor. Si hoy cerraras, ¿te echarían de menos o te sustituirían al día siguiente?

¿Tienes foco estratégico o solo apagas fuegos? Estar ocupado no es lo mismo que estar construyendo algo. Un negocio desarrollado mira a medio y largo plazo, no solo la semana que viene. Reserva medio día al mes para pensar el negocio desde fuera. Solo, sin móvil, sin emails…

¿El negocio genera beneficio… o solo ingresos? Un error común: pensar que vender mucho es ganar mucho. Pero si el negocio no genera beneficios reales o no acumula liquidez, está en riesgo constante. Controla tu estructura de costes, márgenes y flujo de caja mensual. A veces, crecer sin rentabilidad es cavar un hoyo más grande.

Tener un negocio en marcha no es lo mismo que tenerlo desarrollado. Asegúrate de que tu empresa actual está optimizada, documentada y preparada para el futuro.

¿Hablamos?

** Las opiniones expresadas en los artículos de ‘Voces de Experto’ en PYMES Magazine son de exclusiva responsabilidad de sus autores, no comprometiendo la postura editorial de la revista.

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