Este mes vamos a despedir un año extraño, un año en el que han ocurrido muchas cosas, guerra, inflación, crisis energética, incertidumbres, y podía seguir así, relatando un buen rato.
Afortunadamente los empresarios han tirado para delante, han sido capaces de amoldarse a las circunstancias, con sufrimiento, y mucho esfuerzo. El coste de la energía o los costes laborales, entre otros, se han hecho cuesta arriba y han disparado los precios.
Pero viendo el final del año, como empresario, debes de hacer una reflexión de lo que hemos hecho bien, de lo que podíamos haber hecho mejor y de lo que hemos hecho mal. El objetivo es aprender.
Revisar cual ha sido nuestra estrategia comercial, ver si hemos cumplido con nuestros objetivos, qué nos ha fallado, si hemos planificado, o simplemente hemos salido a vender. Si nuestras ventas no se han incrementado por encima de la inflación, hemos retrocedido. ¿Teníamos bien calculado el objetivo que debíamos alcanzar? ¿Las estrategias que hemos llevado a cabo eran adecuadas? ¿Suficientes? ¿Cuántos nuevos clientes hemos incorporado? ¿El tique medio ha subido? ¿El margen?
Observar a los clientes, qué ha ocurrido con ellos a lo largo del año, cómo han modificado sus preferencias y sus pautas de consumo, qué nos han demandado y qué nos van a demandar. ¿Hemos sido capaces de satisfacer sus necesidades? ¿Lo hemos hecho bien, o la competencia lo ha hecho mejor¿. ¿Los hemos escuchado? ¿Nos sienten a su lado? Tener el pulso del mercado y tener cercanía con nuestros clientes va a seguir siendo una de las principales claves de nuestro éxito.
¿Hemos llevado a cabo una cuenta de explotación previsional a lo largo del año? Conocer el resultado previsto a cierre del año es muy interesante, aún tenemos margen para llevar a cabo algunos movimientos que hagan que el mismo nos sea más favorable, y por supuesto, que podamos tener cierta planificación fiscal, aunque ya algo ajustada. Revisar todas las partidas, comprobar cuales son las que realmente hemos tenido controladas, y cuales han sido altas, buscar el por qué y analizar qué teníamos que haber hecho para tener todo controlado. La revisión de nuestros números nos va a permitir que podamos elaborar un presupuesto más realista para el 2023, ya que conoceremos las debilidades de nuestra ejecución, de las cuales lo que tenemos que hacer es aprender.
Nos deberíamos de preguntar incluso si tal y como tenemos la información estructurada en la empresa, es adecuada para saber la marcha de esta, y tomar decisiones, o si debería de ser más analítica, tener mejor información en los cuadros de mandos, o incluso con períodos de tiempo más cortos.
Nuestras previsiones de tesorería son otra de las cuestiones importantes que debemos de repasar. ¿Las tenemos bien hechas? ¿Cubren un horizonte adecuado? ¿Cómo podemos mejorar nuestra tesorería? Aunque parezca obvio, muchas empresas no lo hacen, ¿Sabemos hasta cuando podemos funcionar con la caja que tenemos? ¿Qué necesidades de tesorería tenemos? Algunos piden dinero, sin haber evaluado si la cantidad es la adecuada, porque no lo han calculado.
Reflexionemos sobre nuestros proveedores. ¿Eran los que necesitamos? ¿Han tenido compromiso con nosotros? ¿Hemos jugado ambos a un ganar-ganar? ¿Qué debemos de pedirles de ahora en adelante? ¿Podemos cooperar con ellos y conseguir mejores condiciones?
Un tema serio a tener en cuenta es si estamos adaptando nuestra empresa a las nuevas formas de operar, nuestra digitalización, procesos, sistemas etc. ¿Hemos hecho en este 2022 lo que tocaba hacer? ¿Hemos aprovechado el apoyo y las ayudas para ello? ¿Lo hemos hecho bien, o simplemente hemos salido al paso?
Hay muchas cuestiones dentro de una empresa, pero quizá la más importante es nuestra gente. Merece la pena revisar cómo están nuestros equipos, si los hemos motivado, si se encuentran bien, hay mucha gente con problemas, y no es presentable que un mánager o un empresario, no se preocupe de cómo se encuentran ellos y su familia. Ver si los hemos preparado para los nuevos retos, formado en lo que necesitan y les hemos dado la importancia que se merecen. Seguir buscando su implicación para que ellos crezcan y hagan crecer a nuestro proyecto y a nosotros.
¿Y tú?, querido empresario. ¿Has cumplido bien tu papel? ¿Qué has hecho bien? ¿Qué podías haber hecho mejor? ¿Por qué no lo has hecho? ¿Te estas acercando a tu visión? ¿Has respetado los valores en tu empresa? ¿Qué vas a hacer a partir de ahora?
Reflexiones que te invito a que tranquilamente una tarde de este mes de diciembre te hagas. Si puedes escríbelas en un papel; las respuestas a estas preguntas a la izquierda y lo que vas a hacer a la derecha. Te va a ayudar triunfar en el 2023, que no va a ser un año fácil, pero que si te preparas no vas a tener mayor problema, pues te anticiparás a los acontecimientos.
Deseándote un feliz cierre de año. Nos vemos el año que viene.