En Sevilla se han perdido 11.600 puestos de trabajo, siendo la población desempleada de 219.600 personas, según los datos de la EPA del primer trimestre de 2021. La principal causa ha sido las restricciones a las que se han tenido que someter los empresarios durante la tercera ola.
Desde la CES aseguran que “estos datos son realmente terribles para Sevilla en términos absolutos y también relativos: mientras que el desempleo en Sevilla sube, en Andalucía y España baja, en relación con los datos de la EPA del cuarto trimestre. Concretamente, en Andalucía el paro desciende en 19.300 personas y en España en 65.900”.
Esto se traduce a que la tasa de desempleo suba ya a casi al 24% en Sevilla (23,81% en concreto), respecto a la población activa (922.400 personas), lo que supone casi 1,4 puntos más que al cierre de 2020. Hay que tener en cuenta que la EPA sigue considerando a los afectados por ERTE como ocupados.
“Estos datos ponen de manifiesto que las ayudas que les llegan a las empresas, además de llegar tarde, son insuficientes. Como venimos reiterando desde la CES: si no somos capaces de salvar a las empresas y de apoyar a los empresarios perderemos el motor económico de esta provincia y seguiremos perdiendo puestos de trabajo. En este sentido, es imprescindible apoyar a los sectores más dañados de nuestro tejido productivo, como la industria turística, un sector transversal de la economía sevillana que se encuentra prácticamente paralizado” afirman desde la CES.
Además, cuentan que “estos terribles datos nos hacen insistir en que hay que seguir reclamando las inversiones que Sevilla se merece y necesita, y que ahora se hacen más necesarias que nunca. No podemos consentir está a la cola de España en cuanto aportación del Estado, lo que hace que tengamos los seis de los diez barrios más pobres del país. Asimismo, los empresarios venimos pidiendo a las diferentes administraciones una agenda en la que la prioridad sean las políticas de reactivación económica, sobre la base de una política presupuestaria y fiscal que favorezca la inversión y la actividad productiva. Como han hecho otros países de nuestro entorno, la política fiscal debe ponerse al servicio de este objetivo, ya que sólo consiguiendo recuperar niveles de empleo se generarían ingresos sostenibles en el tiempo”.