
A partir de los 50, muévete por tus huesos: cómo frenar la pérdida de densidad ósea
Por Daniel Rodríguez
Director Sport ON
Cansados de escuchar los beneficios a nivel muscular en cuanto a actividad física se refiere, pero… ¿y los pilares que sustentan nuestra masa corporal? Nos olvidamos de ese entramado óseo que nos mantiene erguidos en bipedestación y que, además, protege nuestros órganos como si de un escudo se tratase.
Nuestro sistema esquelético tiene la mayor de las importancias para nuestra vida y evolución, y la actividad física juega un papel fundamental tanto en su crecimiento como, desgraciadamente, en su degeneración a partir de la edad adulta. Desde que nacemos, nuestra densidad ósea va en aumento, pero a partir de los 50 años dicho crecimiento se detiene y comienza a diluirse progresivamente.
El papel de la actividad física a partir de esa edad es aminorar esa pérdida de densidad, por lo que no solo te muevas por tus músculos, sino también por tus huesos.