¿Cuál es el protector solar más adecuado para mi hijo?

Por Jose Mª Carmona Ponce, pediatra y creador del blog "Cuidar mi Bebé".
Por Jose Mª Carmona Ponce, pediatra y creador del blog “Cuidar mi Bebé”.

Se acerca el verano y con él las preocupaciones de cómo debemos protegernos y proteger a nuestros niños del sol.

Ni que decir tiene, que es sol un elemento fundamental de vida, con muchas propiedades beneficiosas cuando lo tomamos en cantidades moderadas (la propiedad más destacable es el papel que desempeña la radiación solar en la síntesis natural de vitamina D).

Las radiaciones ultravioletas A (UVA) y sobre todo las B (UVB) son las responsables de los efectos perjudiciales del sol.

Debido a las características especiales de la piel de los niños, especialmente los lactantes más pequeños, que tienen más tendencia a absorber la radiación solar y a que los efectos de la radiación son acumulativos e irreversibles, una exposición solar excesiva tiene efectos nocivos. Pueden producir quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel y aumento del riesgo de cáncer de piel.

No todas las pieles son iguales (existes hasta 6 fenotipos diferentes), y aunque debemos proteger a todos los niños existen pieles de mayor riesgo como serían:
– niños de piel muy clara (se queman con facilidad y casi nunca se ponen morenos)
– niños con muchas pecas o nevus melanocíticos (lunares)
– niños con antecedentes familiares de melanoma.

Tampoco es lo mismo el lugar donde se toma el sol. Algunas superficies tienen un efecto multiplicador ya que reflejan la radiación ultravioleta como por ejemplo la nieve, el agua o la arena (“es por esos que uno se pone más moreno o se quema antes en la playa que en la piscina”).

Considerando todo lo anterior es fundamental establecer una serie de hábitos en la fotoprotección infantil, y ser más obsesivos con ellos cuanto más pequeño es el niño:

-Los niños menores de 6 meses no deben ser expuestos directamente al sol. En los menores de 2 años debemos evitar o disminuir el tiempo en el que están expuestos al sol, especialmente en las horas centrales del día de 12 a 17 horas.
– Usar ropa para cubrir la piel (camisetas con mangas y pantalones tipo bermudas) y gorras o sombreros.
– Usar gafas de sol con filtro ultravioleta.
– Aplicar crema fotoprotectora. No debemos olvidar que la crema debe aplicarse media hora antes de la exposición al sol y hay que renovarla cada 3 horas o antes si el niño se está bañando o sudando mucho.

¿Qué tipos de fotoprotectores existen?

  • De filtros físicos: Su protección se deben a crean una barrera física protectora, que refleja la radiación, como si fueran un espejo. Son muy densos, por lo que se extienden con mayor dificultad. Y son opacos (blancos), es decir, después de aplicarlos queda la piel cubierta por una capa blanca.
  • De filtros químicos: Su protección se debe a que contienen sustancias químicas que absorben la radiación solar, transformándola en no dañina. Son transparente, por lo que estéticamente no se notan.
  • Mixtos: son filtros que combinan los anteriores.

¿Qué indica el número?

Es el factor de protección solar (FPS). Nos informa de la protección frente a los rayos UV de tipo B, que son los mayores responsables de los efectos perjudiciales del sol (quemaduras, cáncer,…).

Es recomendable utilizar un FPS como mínimo de 30, pero yo recomendaría que en niños utilizáramos siempre FPS 50.

Lo que nos dará una mayor confianza y garantía en un protector solar es que especifique claramente el FPS, y sobre todo si éste ha sido asignado con el método COLIPA.

¿Cuál es el fotoprotector más adecuado?

Los mejores protectores solares son los mixtos ya que “paran” la radiación solar por dieferentes mecanismos. Pero en los niños, sobre todos los pequeños, los más recomendables son los de filtros físicos, ya que no se absorben.

En los menores de 6 meses lo mejor es no exponerlos al sol. Para ellos los mejores protectores solares son la ropa y la sombrilla. Pero si esto no fuese posible lo mejor es aplicar filtros físicos, y siempre de FPS 50.

¿Cómo debemos aplicarlos?

– Aplicar 20-30 minutos antes de la exposición solar.

– Aplicar una cantidad generosa sobre la piel seca.

– Aplicar en todas las zonas de piel que van a quedar expuestas (incluidos pies, orejas, cuello y labios)– Renovar cada 2-3 horas, o antes si el niño se está bañando o sudando mucho.

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