El Yoga es una disciplina, más que un deporte, porque trata de cultivar el cuerpo, el alma y la mente. El Yoga nació en la India y es una práctica de meditación muy común en el hinduísmo.
Hay nueve tipos de Yoga, pero todos tienen un objetivo común, la unión del cuerpo y la mente. Aunque dependiendo del tipo de Yoga que se practique, se puede fortalecer una zona u otra del cuerpo, o ganar más flexibilidad o musculatura.
Por su parte, en todos ellos se trabaja la meditación y la unión entre la conciencia individual y la conciencia universal. Por otro lado, las posturas de Yoga, llamadas asanas, son ejercicios que unen el cuerpo con la mente y tratan de conseguir el equilibrio y la concentración en ese punto, con una respiración adecuada.
Y es que en el Yoga es muy importante tener en cuenta la respiración, ya que a través de ella es como se consigue la relajación, y a su vez, la meditación.
Así, entre los beneficios inmediatos que se consigue con la práctica de Yoga, se encuentran el cultivo de la paz interior y la quietud desarrollando en la persona que lo practica una verdadera actitud de ecuanimidad, fundamental para vivir una vida digna y feliz. Además, se desarrolla la conciencia, consiguiendo una mejor concentración, coordinación, tiempo de reacción y memoria, así como el funcionamiento óptimo de un corazón sano.