La primera pregunta es obligada ¿el empresario nace o se hace?
El empresario, de alguna manera, puede nacer, porque el temperamento puede predisponer a ejercer la actividad empresarial. No obstante, con una mirada más amplia, también se puede llegar a ser empresario a través del aprendizaje, de la adquisición de conocimientos, competencias y habilidades. Temperamento, carácter y personalidad, tres conceptos que conviene que el lector los tenga claros. El temperamento es aquel que nos viene dado con el nacimiento. Tiene, por tanto, un componente biológico que juega un papel fundamental, ya que genéticamente puede aportarnos una carga a favor de desarrollarnos como empresarios.
El carácter, sin embargo, se construye sobre esa materia prima que es el temperamento gracias a la interacción con el entorno. En su formación influyen el tipo de personas con las que hemos ido creciendo, los círculos formativos en los que nos hemos educado y formado y los hábitos que hemos ido adquiriendo a lo largo de los años. El carácter, por tanto, es adquirido, modificable, controlable y educable, especialmente durante nuestros primeros años de vida. El carácter se va adquiriendo con el paso del tiempo.
La personalidad del empresario nace de la unión de su temperamento y de su carácter y ésta es determinante en su modo de ser, pensar y actuar y en cada empresario se desarrolla de una manera diferente. Cada uno tiene su propia personalidad y su propio estilo de comportamiento, por eso, tanto si se es empresario o se aspira a serlo, es fundamental que conozcamos y dominemos nuestra personalidad y nuestros comportamientos a los que podemos acceder y dominar desde la teoría DISC de comportamiento de personalidad.
Es vital dominar los cuatro estilos o dominancias de comportamiento de personalidad para convertirnos en empresarios de alto desempeño, y es que cada dominancia tiene sus fortalezas y debilidades vinculadas al propio empresario y a todos los stakeholders con los que se relaciona, así como al contexto y al entorno en el que se desarrolla su actividad profesional. Cuando la empresa requiere el uso específico de un tipo de dominancia concreto, el empresario deberá relacionarse desde dicho comportamiento.
En resumen, todo el mundo independientemente de su personalidad y de sus comportamientos de personalidad tiene la posibilidad de ser empresario. Cada uno tiene su propio estilo y sus propias características diferentes al resto. Dependiendo del temperamento y del carácter tendrá un estilo u otro. Es muy importante que se tenga claro que: el empresario puede nacer. Pero, el gran empresario se hace.
¿Y esto significa que cualquiera puede ser empresario, o hace falta tener algunas cualidades específicas?
Es una pregunta muy recurrente cuando se habla de empresas y empresarios y me parece una cuestión muy interesante ¿cualquier persona puede ser empresario?, pues la respuesta es sí, y dicho de otra forma, puede serlo cualquier persona que:
1.- Quiera
2.- Tenga la formación necesaria
3.- La experiencia necesaria
4.- La cultura exigida
5.- Una alta autoestima
6.- Sepa asumir riesgos
7.- Gestione bien el miedo
8.- Sea tenaz
9.- Una gran confianza
10.- Gran autodeterminación
11.- Iniciativa y proactividad
12.- Un alto optimismo
13.- Un gran propósito empresarial
14.- Unas creencias positivas y potenciadoras
15.- Unos valores nucleares de
empresario y empresas conscientes
16.- El conocimiento…
No obstante, existen todavía definiciones que afirman que “el empresario se constituye como el órgano individual o colectivo encargado de establecer los objetivos empresariales y la toma de decisiones oportunas para alcanzarlos”. Dicho de otra manera, podría serlo cualquiera sin importar nada de lo que he señalado anteriormente.
Usted presenta ese modelo de empresario que una y otra vez recuerda que, aunque está bien celebrar los éxitos es más importante prestar atención a los fracasos, hablemos de ello.
El fracaso es intrínseco a cualquier actividad empresarial. El lector debe tener muy en cuenta que todas las empresas sin excepción tienen su ciclo de vida -las fases por las que transitan desde antes de constituirse-.
1.- Pre-constitución – Nacimiento informal
2.- Constitución – Nacimiento formal
3.- Crecimiento o desarrollo
4.- Madurez
5.- Declive – Extensión de vida
6.- Declive – mortalidad
En cualquier fase del ciclo de vida se pueden a dar fracasos y el empresario debe saber aprender de ellos. Para que los fracasos que se den en cualquiera de las 5 primeras fases no acaben con la empresa, el empresario tiene que reconocerlos, subsanarlos y aprender de ellos. Esa es la diferencia de longevidad que alcanzan algunas empresas y sus empresarios.
Y centrándonos en los éxitos, ¿qué es lo que realmente sirve de combustible para abrir la puerta de la empresa cada día?
Ser empresario en un país donde según Adecco “el 81% de los españoles prefiere trabajar como funcionario público y el 74% quieren serlo”, ya es todo un éxito. El combustible diario del empresario es el verdadero propósito empresarial que quiere conseguir, la determinación firme que tiene por hacer o alcanzar algo. Este propósito vive y se manifiesta en todos los valores, creencias y comportamientos que tiene la empresa, en todos sus integrantes, sus partners, de tal forma que el modelo empresarial está adecuado al verdadero propósito y no el propósito al modelo de negocio.
El verdadero combustible del empresario es impactar diariamente de manera positiva en la sociedad con los productos y/o servicios con lo que su empresa satisface verdaderas necesidades.
Vamos a nuestra región ¿Andalucía es tierra de emprendimiento?
De acuerdo con los datos del Directorio Central de Empresas, Andalucía con 546.000 empresas ocupa el tercer lugar en el ranking, con Madrid -559.000- y Cataluña en primer lugar con 634.000 empresas.
Según estos datos Andalucía es y debe ser una región de empresarios y de emprendedores. Nuestro tejido empresarial tiene que estar constituido por empresas fuertes que sean capaces de generar el impulso económico y de empleabilidad que nuestra región demanda, necesita y se merece. Por tanto, la creación de nuevas empresas y negocios resulta y resultará vital si pretendemos tener una Andalucía fuerte empresarial y económicamente.
¿Qué retos y amenazas acechan al empresario andaluz?
El reto más importante es la capacidad de adaptación permanente a un entorno que cambia a ritmo de vértigo. Otros retos y amenazas que acechan a los empresarios y a las empresas son:
1.- La inestabilidad financiera
2.- Las altas exigencias de los clientes
3.- La incorporación constante de nueva tecnología
4.- Competencia voraz en todos los sectores empresariales y de negocios
5.- Cada vez más normas y regulaciones
6.- La reputación corporativa (una excelente reputación corporativa)
7.- Acceder al talento necesario
8.- Acceder a nuevos mercados (nacionales e internacionales)
9.- La Liquidez
10. – Aplicar los criterios de sostenibilidad
11.- La rentabilidad
12.- Otros
Y es que, por resumir, las empresas y el empresariado andaluz desarrollan su actividad en entornos muy agresivos, atomizados y duramente competitivos.
¿Cómo será la próxima generación de empresarios?
En el futuro habrá una nueva generación de empresarios que harán algunas cosas como siempre y otras de manera diferente. Empresarios más creativos, innovadores, con una alta capacidad para resolver problemas.
Esa generación será más líder que jefe, responsables y con capacidad para competir a nivel global. Un empresario mucho más resiliente y con alta habilidad para adaptarse, con pensamiento crítico, con un propósito empresarial muy bien definido, con valores nucleares muy positivos, unas creencias potenciadoras y unos comportamientos que impactan de manera positiva en toda la sociedad.