La mayoría de los jóvenes que se incorporan al mercado laboral aspira a un contrato fijo, a poder ser público, y pocos son los que optan por crear su propio empleo. En España, tan solo el 12,3% de los autónomos baja de los 30 años, lo que nos sitúa a la cola de Europa. Tiene su lógica si se tienen en cuenta las trabas burocráticas que conlleva establecerse por cuenta propia, y especialmente las económicas, pues se precisan varios meses antes de empezar a obtener ingresos recurrentes.
Sin embargo, el 16% de los ocupados en España son autónomos (3,3 millones), de los que una buena parte ha dado el salto desde la nómina mensual. Algunos, forzados por la escasez de ofertas de empleo atractivas; otros, cansados de un trabajo que no les satisface, lo que explica que el 63% de los autónomos supere los 45 años, según la Seguridad Social.
Hay profesiones en las que instalarse por cuenta propia tiene más ventajas que inconvenientes. Son actividades muy especializadas, que requieren de conocimientos sólidos y una empatía que les hace colocar al cliente en el centro de sus quehaceres. Y, sobre todo, puedan ser rentables. Una de ellas es la de asesor financiero, que, según los datos de afiliación, es la que más crece porcentualmente, el 50% desde la pandemia, y el 100% desde 2009. Solo en lo que va de 2024 aumenta un 9%. Actualmente somos 6.720 profesionales autónomos, de los que, además, uno de cada tres es una mujer.
¿Qué explica tal explosión? Con la crisis financiera, muchos profesionales optaron por trabajar por cuenta propia, arrastrados por una profunda crisis en muchas entidades financieras. Buscaban una alternativa profesional que les proporcionase, además, una estabilidad y una perspectiva de crecimiento que ya no tenían como asalariados. E, insisto, otra manera de tratar a los clientes. Solo en 2008, los asesores financieros por cuenta propia crecieron un 13%, récord histórico. Hoy se suman otros que desde el principio de su carrera optan por trabajar como autónomos. Incluso los hay que proceden de otras profesiones, atraídos por el boca a boca. Así, desde 2021, los profesionales por cuenta propia del sector financiero estamos creciendo a niveles máximos en la serie histórica.
Uno de los mayores reclamos es que se trata de un sector en el que muchas veces, aunque seamos autónomos, no estamos solos. En muchos casos tenemos detrás una entidad que nos proporciona solvencia, formación y un equipo de compañeros que nos arropan y asesoran. Suma, además, la posibilidad de elegir el ritmo al que queremos crecer y de organizar nuestro tiempo de trabajo. Y, por qué no decirlo: también atrae, y mucho, que los límites de nuestros ingresos sólo dependan de nosotros mismos.
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