María Bulnes
El verano es ese período en el que se dispara nuestra vida social y, en ocasiones, la vida personal y el autocuidado pasan a segundo plano. Para muchos de nosotros, septiembre es el segundo comienzo del año y renovamos nuestros propósitos, entre ellos el esfuerzo por cuidarnos al máximo en otoño. Combatir las manchas solares, alargar el bronceado o mimar de nuevo nuestra piel, se traducirá no solo en buena imagen sino en una mejora de nuestra salud mental. Llega la vuelta al cole y a tu rutina de belleza.
¿Qué necesitas para tu rutina de belleza?
Al igual que en la infancia preparabas todo el material que necesitarías para el cole, debes preparar tu neceser de cosmética. No necesariamente todo debe ser nuevo, aunque debes valorar el incluir algunos productos que refuercen lo que ya te aplicas.
Volver a tu rutina de belleza de la mejor forma, implica emplear buenos productos que ayuden a mimar y cuidar de tu piel para prepararla de cara al otoño. Tres son los pasos imprescindibles: limpieza, hidratación y protección.
Al igual que en la vuelta al cole, el profesorado es imprescindible, acudir al centro de estética de confianza a que tu esteticista te realice un buen diagnóstico y prescripción, también debería serlo.
Paso a paso de tu rutina de belleza
Para que tu vuelta a la rutina de belleza sea lo más fácil posible, hoy te explico un sencillo pero eficaz paso a paso para tu autocuidado.
Limpieza:
Comienza con una doble limpieza porque así te aseguras de eliminar toda la suciedad acumulada, piensa en tu rostro como en una fachada de una casa en la que se deposita la suciedad de la calle: contaminación, humo de tabaco, restos de cosméticos, etc..
Comienza con un limpiador en aceite que elimine restos de maquillaje y grasa y continúa con un limpiador específico para tu tipo de piel que será el que elimines las impurezas acuosas. ¡Recuerda limpiar también cuello y escote!
Tonifica con un tónico adecuado al tipo de piel, no solo refresca o hidrata, sino que es fundamental para devolver el equilibrio a la piel y evitar el desarrollo de bacterias que pueden dar lugar, por ejemplo, al acné. El tónico es un must.
Hidratación y protección:
Finaliza con la aplicación de una crema adecuada a tu tipo de piel para favorecer los beneficios del tratamiento realizado y no olvides, si sales a la calle, aplicar el SPF.
Los extras:
Puedes potenciar tus hábitos de higiene facial dedicando una vez por semana un tiempo extra:
Realiza una suave exfoliación, preferiblemente mecánica, es decir empleando uno de esos exfoliantes con gránulos como si fuesen arena. Eso sí, siempre de manera suave, sin provocar rojeces. Y olvídalo si tienes piel sensible y/o acné, aunque parezca que éste mejora puedes reactivarlo y tener el conocido como efecto rebote.
Para un cuidado completo no debes olvidar el uso de la mascarilla. Puedes optar por emplear una sola, por ejemplo, para hidratar o puedes experimentar y practicar la técnica multimasking: mascarillas aplicadas por zonas según la necesidad de la piel. Después de unos 15 minutos podrás, dependiendo de su textura, retirar o no.
Recuerda que, tanto en caso de iniciarte ahora en las rutinas como si has notado cambios en tu piel tras el verano, tu esteticista es la persona que mejor puede ayudarte a conseguir el resultado deseado a la par que mimas tu piel. Déjate aconsejar por ella.
Seguir estos sencillos pasos se convertirá en una rutina semanal muy apetecible cuando compruebes los resultados: piel luminosa, uniforme, hidratada y descansada. Además, no solo cuidarás tu piel, también cuidarás tu mente proporcionándote un momento de relax dedicado a ti. Aunque no olvides que esto no sustituye a los tratamientos de cabina, mucho más profundos y personalizados.
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