¿Conoces el “efecto halo” en nutrición?

¿Has oído hablar alguna vez del “efecto halo” en el ámbito de la nutrición y alimentación? No suele ser muy conocido pero la mayoría de personas (voy a incluirme yo también) lo hemos practicado alguna que otra vez en el momento de sentarnos a comer.

Cuando crees comer de forma saludable y no es el todo así. Así se resumiría la idea principal, aunque el concepto engloba mucho más. Acoge la creencia errónea de muchas personas sobre que el consumo de alimentos saludables, sin importar la cantidad, puede disminuir la cantidad de calorías de una comida. Y por otro lado, también se incluye la idea de que la inclusión de un alimento considerado como saludable a una comida, puede enmascarar el carácter “menos saludable” del resto de componentes del plato. Eso sería el “efecto halo”.

Como “estoy a dieta”, decido comer una ensalada y resulta que esa ensalada tiene de todo menos lechuga u otro tipo de hojas verdes

Este sería el ejemplo típico. Estás intentando comer de forma más sana para perder algo de peso y decides cenar una ensalada. Empiezas a echarle un poco de todo para acompañar a la lechuga (frutos secos, queso, embutido, salsa césar, picatostes…) y cuando te das cuenta tienes una súper ensalada calórica y nada saludable, pero tú te la comes pensando que estás comiendo mejor y que apenas estás ingiriendo calorías porque es una “ensalada” sin más. Y si encima decides acompañarla de un refresco 0% azúcares, apaga y vámonos.

Consumir alimentos light en sustitución a los alimentos de referencia para llevar una alimentación más equilibrada también se considera “efecto halo”.

El análisis crítico de los alimentos es fundamental para alimentarnos de la forma más consciente y más sana posible. Como consejo práctico, intenta priorizar siempre los alimentos mínimamente procesados y de elaboración propia. Aquí todo cuenta y todo suma.

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