Lo que le dice un inmobiliario a otro … 

¿Cómo te va? ¿Vendes? ¿Cómo ves la situación? ¿Y la nueva ley, que provocará? Un mar de vaivenes de productividad y sequía, como en una montaña rusa el mercado inmobiliario se codea entre tiempos donde se activa las transacciones y cae en picado.

La incertidumbre inmobiliaria y la esperanza de mejorar se percibe en el día a día de los compañeros de gremio, donde se pudo comprobar que el primer trimestre fue caída y el segundo trimestre al alza, volviendo a percibir bajada en este inicio del tercero con pronóstico de subida, espero a la vuelta de verano o eso quiero creer.

La imparable subida de los tipos de interés bancarios marcados principalmente por el Euribor, de estar a menos cero, a subir, casi rondando, al 4% actualmente, en un periodo de menos de un año, supone unas subidas de 300€ de media en hipotecas de 150.000 € aproximadamente.

El ratio de endeudamiento que se exige para la solicitud de una hipoteca ronda en 35% de la capacidad económica del solicitante, ya que el restante 65% se estima que es para comer, pagar luz y agua, ahorrar algo. Sin embargo, no tiene valor el porcentaje de ratio de endeudamiento cuando tienes la soga hipotecaria puesta y ya estás hipotecado, y tenemos que aguantarnos con el consuelo de “que Dios aprieta pero no ahoga”. 

La inflación de los precios de los productos y servicios básicos como puede ser la electricidad del hogar, comidas en general, combustible, etc. son parte del encarecimiento de nuestros bolsillos que causan una reducción de la capacidad de ahorros para poder aportarlo en la compra de una vivienda, los cuales suelen rondar en el 30 % del valor de compra, cantidad que pocos pueden disponer.

Por causa del encarecimiento, los clientes buscan alquilar donde existe una demanda mucho mayor que la oferta de mercado. Una demanda que se intenta satisfacer con una nueva ley, la cual se ha cerrado en despachos y no con profesionales del sector, donde será más estricto la selección del inquilino, buscando un perfil más estable y donde promoverá las rentas sin declarar fomentando la economía sumergida. 

Para fomentar más inmuebles en la bolsa de oferta simplemente tendría que facilitar en el plazo de 48h los desahucios de okupas o cortos plazos a morosos pudientes que sólo viven de ayudas y del cuento. Con esto descarto a familias que sí necesitan ayudas de verdad por situaciones incómodas y para eso ya están los asuntos sociales y los organismos públicos pertinentes que perciben un pastizal de nuestros bolsillos.

La única esperanza que vemos es la situación laboral actual, que da continuidad al consumo y la estabilidad de la economía. Aunque haya muchos parados, también hay muchas ofertas de trabajo. Supongo que será porque estarán mejor cobrando prestaciones tirados en el sofá que doblando las espaldas en oficios que no son de gusto. 

Sigamos luchando día a día amigo inmobiliario.