Deberes de verano

Por José Martínez Varea, El Alkimista CEO de Alkimia Proyectos

Aprovechando la época estival, y a sabiendas de que cuando leas esto estés probablemente bajo una sombrilla, disfrutando de unos merecidos días para recargar baterías, me gustaría proponerte un juego.

Piensa, por un momento, qué no te puede faltar en tu día de playa.

Tu respuesta, probablemente, incluye: crema solar, sombrilla, un buen libro y… ¿no te falta algo? ¿no te apetece una bebida bien fría? Claro. A eso voy. La nevera de playa.

La razón por la que te lo comento, es para plantearte un caso de éxito fresquito (si me permites la broma) y cercano.

Puede que hasta tú hayas “sucumbido” a los encantos vintage del que podría considerarse ya fue producto estrella del verano pasado, pero que este año vuelve con aún más fuerza si cabe. 

Y si tú sigues con tu impersonal neverita de plástico rígido (azul como mandan los cánones) o la discreta y poco sexy caja de porespán blanco que se pone horrible con el uso, puede que levantes la vista y mires de reojo con sana envidia las aerodinámicas, suaves y coloridas formas de la nevera de la familia de al lado. 

Con sus colores pastel y sus acentos de color que te transportan a playas surferas de hace 70 años. Con su asa personalizada. Imperdible: parece más un objeto de moda, un bolso de alta costura, que un objeto utilitario para mantener las bebidas bien frías. Cosa que además, cumple a la perfección.

Y la miras con envidia. Y con deseo.

Hablo, como no, de un producto que ha sabido ganarse los corazones de todos los veraneantes de nuestro país, y ya ha salido a hacer las Américas y a la conquista de Europa y Asia.

Y, hey, es un producto andaluz: Las neveras Polarbox, fabricadas por la empresa familiar onubense Polisur.

Las cifras de ventas hablan por sí solas, pero lo que se habla tanto en redes como en corrillos no es menos significativo como señal de éxito.

Y ahora, es cuando te desgrano algunos (espero que los más importantes) motivos de dicho éxito.

Mi intención es doble: 

  • Inspirarte, mostrándote que no necesitas un apellido anglosajón para ser un gran emprendedor y empresario.
  • Que extraigas los patrones de su éxito, y los apliques a tu propio negocio.

José Luis Fernández, que así se llama el jovencito emprendedor de 62 años que capitanea el proyecto, hace muy bien lo siguiente:

  • Conoce al dedillo a su público, al cliente objetivo. Sabe de sobra que “lo justito” es hacer una nevera rectilínea igual a todas las demás. Y que el secreto está en hacer algo que, sin perder la funcionalidad y la esencia, sea diferente, sexy, emocionante. Algo que evoque un ideal, un estilo de vida. Ha creado un “producto-marca”.
  • Para ello, ha invertido en diseño (innovación), pero es no es suficiente. También ha invertido en comunicación. Ha puesto el producto ante los ojos de su cliente objetivo, con el contexto, en la plataforma y con las herramientas adecuadas.
  • El innovador diseño, permite además personalización: aumenta el valor percibido (y a consecuencia el ticket medio) con productos accesorios como kits de correas, que permiten darle un aire personal y exclusivo.
  • Ha aprovechado todas y cada una de las palancas que se le prestaban para dar a conocer el producto: desde marketing con influencers (ya que el producto no es una mera nevera, si no un accesorio de moda), pasando por utilizar de forma inteligente las redes sociales adecuadas, hasta situarlo en los lineales de las mayores distribuidoras, pero sin casarse con nadie, ni dar exclusivas (con lo que ha ganado amplia difusión). Por no mencionar el propio ecommerce y el uso de otras plataformas.
  • Ha vencido el problema de la “estacionalidad” (las neveras son para el verano, mayormente), internacionalizándose y construyendo una red de distribución que esté en temporada alta cuando aquí se está en baja, y viceversa.
  • Y no menos importante,  hace todo esto aprovechando y optimizando sus medios de producción, y controlando la fabricación. Esto hace que pueda ofrecer un precio muy razonable al cliente objetivo, sin desdeñar la propia rentabilidad. 

Ahora, ya sabes. Si eres de mi época, te acordarás de los cuadernillos Rubio. O de las “vacaciones Santillana”. Pues esto es parecido, sólo que con claves que pueden hacer que tu negocio no sólo sobreviva al fantasma de la recesión que dicen nos amenaza,  si no a consolidarlo, y que te dé el éxito y el estilo de vida que imaginaste en el momento de abrir la persiana.

Y…¿quién sabe? Tal vez te conviertas en el próximo caso de éxito que analicemos para inspirar a otros.

Cuenta conmigo para ello.

https://www.pymesmagazine.es/la-busqueda-de-el-dorado/

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