Divide y vencerás 

Uno de tus mayores enemigos como empresario es la complejidad.

Cuanto más complejo es tu negocio, o una parte del mismo, más problemas suele causarte.

Lo más habitual es pensar que “complejo” es lo mismo que difícil.

Y, si te paras a pensarlo, no son sinónimos.

Complejo es todo sistema de piezas, tareas y procesos interdependientes, cuyo número de piezas o sistemas es elevado.

Sin embargo, cada una de estas piezas o tareas, puede ser tremendamente fácil.

Por ejemplo, levantar el motor de un coche es una tarea simple (un movimiento vertical), pero hacerlo a mano es difícil.

Sin embargo, batir un huevo es fácil, pero requiere de un procedimiento más complejo.

Esta confusión entre complejidad y dificultad (o simplicidad y facilidad), es más peligrosa de que parece.

Porque nos equivocamos identificando lo complejo como difícil, y nos ahogamos cuando, simplemente, tenemos que simplificar…

…o creemos que las cosas son simples cuando en realidad son fáciles (pero complejas)…y luego las expectativas no se cumplen.

Por ponerte algún ejemplo de esto, creemos que gestionar adecuadamente un negocio es “difícil” pero en realidad es “complejo” (tiene su dificultad, pero el problema mayor es la complejidad, y tiene áreas realmente fáciles).

Del mismo modo, creemos que “lo de publicar en redes sociales” es simple, pero en realidad hay que considerar un montón de complejidades…

…Desde quién es tu cliente objetivo – o a quién hablas-, qué mensaje y de qué manera lo comunicas, dónde lo comunicas, con qué regularidad hasta con qué voz, qué deseas lograr y en cuánto tiempo.

Como bien sabes, me dedico a pensar y a ayudarte a simplificar tu negocio, ya que creo que es la mejor forma de ayudarte. Haciendo que sea más fácil de comprender reduciendo la complejidad y haciéndolo más accesible.

La conclusión es que, al final, tu negocio, el mío, o “el de Manolo”… se reducen a tres esferas (círculos en este caso, por motivo de soporte gráfico).

Sólo tres.

El secreto está en verlos, reconocerlos y saber trabajar cada una de estas áreas interconectadas.

Lo complicado es hacerlo de forma equilibrada para que, al combinarse entre sí, alcances la superposición que queda en el centro del esquema:

Alta RENTABILIDAD (Aumento de ingresos + reducción de costes)

EFICIENCIA operativa (Procesos efectivos, al mínimo coste)

MARCA potente (Comunicación y entrega del producto o servicio de manera tal que se cree en la mente del cliente – y del público en general- la percepción de prestigio o de solución más idónea o “número uno”. Lo que viene siendo “ser el referente

Para conseguir la primera, es esencial un control escrupuloso de las finanzas de la empresa, entender cuáles son los indicadores de progreso adecuados.

Contrariamente a lo que se cree habitualmente, la facturación no es el mejor indicador. El margen es la clave. Es posible facturar muchísimo y estar en pérdidas…

Otro aspecto a tener en cuenta desde el punto de vista financiero, es prever diferentes fuentes de financiación o ingreso. Y esto atañe al mismo corazón del modelo de negocio.

La eficiencia operativa es un proceso de mejora continua. Realmente no se acaba nunca.

Estudiar cómo hacer las cosas de forma más efectiva y a menor coste, siempre es una buena idea e inversión.

Además, crear documentos, protocolos y herramientas de control, permite tomar decisiones ejecutivas con mayor soltura, reducir el tiempo y el esfuerzo al mínimo y agilizar y simplificar pasos.

Finalmente, el desarrollo de la marca (o la percepción que deseamos que el público tenga de nuestro negocio, y la reputación que debe precedernos) se trabaja desde el conocimiento interno, el estudio del ecosistema donde vive nuestra empresa, el posicionamiento de la misma respecto al cliente y otros actuantes en dicho ecosistema…y debe estar centrado plenamente en comunicar de forma excelente aquello por lo que queremos que se nos conozca.

“Divide y vencerás” como decía Julio César. Como decía Napoleón. Por cierto, dos famosos y reputados estrategas.

Puede aplicarse a ejércitos enemigos, a disidentes políticos y a problemas complejos.

Ese es el principio que te dará la llave para una gestión feliz y próspera de tu empresa.

Comparte esta noticia:

NOTICIAS RELACIONADAS