La importancia de la donación de órganos

En España, los datos de donación de órganos y trasplantes cada vez son más positivos. El papel de las asociaciones y del personal que trabaja en los hospitales es fundamental. Pero los verdaderos héroes son los donantes y sus familias.

El último miércoles de marzo se celebra en España el Día Nacional del Trasplante. El año pasado, España realizó una media de 15 trasplantes diarios y alcanzó un total de 5.383. La tasa de 46,3 donantes fallecidos p.m.p. de España es muy superior a la alcanzada por el resto de países del mundo, según datos del Observatorio Global de Donación y Trasplante, que gestiona la ONT como Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud. De este modo, en 2021 Alemania registró 11,1 donantes p.m.p., Australia 16,3, Canadá 19,3, Estados Unidos 41,6, Francia 24,7, Italia 24,1, Reino Unido 19,8, Suecia 19,3 y la Unión Europea en su conjunto 19,5.

“Hay un mensaje muy claro:  la vida depende de donde se ha nacido. Los españoles somos unos privilegiados. No obstante, dentro de España hay Comunidades Autónomas que superan los 70 donantes pmp (Cantabria 82,8 o Navarra con 71,2 donantes p.m.p.) y otras que no llegan a los 40”. Afirma el Doctor José Pérez Bernal, médico Intensivista que ha trabajado 43 años en la UCI del Hospital Universitario Virgen del Rocío, Coordinador Sectorial de Trasplantes de Sevilla y Huelva durante 11 años y actual Director General de Trasplantes del Colegio de Médicos de Sevilla.

A día de hoy, de cada 100 familias en Andalucía, tan sólo el 15% se niega a donar los órganos de sus familiares fallecidos. “Las donaciones de órganos están relacionadas con valores sociales como la solidaridad, la entrega, el compromiso y la humanidad. También con la formación y la información de la sociedad. Cuando muere un ser querido estamos bloqueados por el dolor. Es en esos momentos cuando nos acercamos los Coordinadores de Trasplantes para pedirles la donación a la familia. Muchísimas veces he notado que esos padres me están mirando, pero no me ven, me oyen, pero no me escuchan. No obstante, muchos reaccionan de forma solidaria por sus valores sociales, capaces de aflorar en los peores momentos de su vida. ¡Hay que tener mucha categoría para ser donantes de órganos!” afirma Pérez Bernal.

En cuanto al proceso la rapidez es vital, es por ello que las familias deben decidir justo casi al momento en el que su familiar fallece. “La rapidez es vital por los limitadísimos tiempos de isquemia fría, el tiempo que va a estar el órgano sin recibir sangre oxigenada. En los trasplantes de corazón y pulmón no se pueden superar las 4 horas, tiempo en el que está incluida la cirugía. Por eso siempre hay que correr en el mundo de los trasplantes. Los órganos no se pueden congelar. Los breves tiempos de isquemia limitan y complican la logística” explica Pérez Bernal.

“Si no estamos bien informados no podemos ser solidarios”. Pérez Bernal recalca la importancia de educar en valores sociales como la solidaridad desde jóvenes, en las familias y centros educativos ya que no solo es vital para las donaciones de órganos, sangre o médula, sino para conseguir una sociedad comprometida. Es por ello que lleva más de 2000 conferencias en la provincia de Sevilla. “Informando se erradican miedos, desconfianza e incluso supersticiones con falsa base religiosa que llegan a bloquear los corazones y permiten que mueran enfermos, que podemos ser cualquiera de nosotros. Los sentimientos religiosos también influyen positivamente ya que todas las religiones consideran las donaciones de órganos como un acto de amor al prójimo. Incluso los Testigos de Jehová autorizan los trasplantes porque los órganos que se trasplantan no llevan ni una sola gota de sangre en su interior. No obstante, hay que trasplantarles sin transfundir, una circunstancia de las que nos beneficiamos todos cuando pasamos por un quirófano”.

Con el paso de los años la evolución en cuanto a donación de órganos ha sido positiva ya que ha ido aumentando exceptuando el año de la pandemia, aunque las cifras vuelven a ir en aumento. De hecho, en el año 1989, año en el que se creó la Organización nacional de Trasplante, hubo en España 550 donantes de órganos; en el pasado 2022 se alcanzó la cifra de 2.196, por lo que se pudieron realizar 5.383 trasplantes de órganos. 

El papel de las Asociaciones de Trasplantados es muy importante. Estas se crean a finales de los años 80 y comienzo de los 90, impulsadas por los sanitarios, cuando los trasplantes cogen fuerza gracias a los nuevos tratamientos antirrechazo. “La unión de personas con los mismos problemas nos facilitaba la información, eran los que mejor transmitían esperanza a los enfermos de las listas de espera, con sus testimonios llegaban mejor que los sanitarios a la sociedad para fomentar las donaciones, con la fuerza de su unión consiguieron resolver problemas sociales o laborales y facilitaron su readaptación a la sociedad en la segunda oportunidad en la vida que le habían regalado. También desde las asociaciones se pudieron contratar psicólogos y nutricionistas” cuenta Pérez Bernal. 

“A pesar de nacer con una enfermedad degenerativa (fibrosis quística) que va deteriorando sobre todo el sistema respiratorio y digestivo y escuchar en varias ocasiones a mis médicos preguntarme cuándo iba a trasplantarme, nunca pensaba que llegaría ese momento” confiesa Auxi Domínguez, trasplantada de los dos pulmones. “He luchado toda la vida por cuidarme, sacrificarme por dedicar horas a mis tratamientos, limitarme a salir, curar mis infecciones, aceptar mi dolor y sufrimiento, salir de mis ingresos hospitalarios con la esperanza de que tardara tiempo en volver al hospital y cuidar mis pulmones y a pesar del esfuerzo, llegó el momento en que me convertí en una persona moribunda terminal en la que no tenía ninguna calidad de vida y sólo podía esperar si en mi destino existía la posibilidad de volver a nacer gracias a un trasplante bipulmonar”. 

Para Auxi la donación de órganos es el acto más sublime de amor al prójimo. “A las familias de donantes les diría que no se encierren en su sufrimiento, que salgan, se unan a las familias de donantes-trasplantados- sanitarios, acudan a las conferencias y confiesen su historia de vida y recuerden a su familiar. Desgraciadamente he conocido muchas familias de donantes que son puro amor porque a pesar de su pena y ausencia nos acompañan con el consuelo de que su hij@ o familiar se ha marchado regalando vida”. Para Auxi sus abrazos son enriquecedores porque como trasplantada siente que abraza a la madre/padre/abuel@ de su donante “yo digo siempre que mi donante, mi ángel cómo yo le llamo, sigue vivo en mí y no se ha ido porque él sigue respirando en mí y yo hago todo el esfuerzo por regalarle los mejores momentos, el máximo amor y mayor honor para premiar tanto que me regala”.

Patricia Jiménez, madre de Paula (donante) que perdió su vida con tan sólo 13 meses, afirma que, a pesar de ser una decisión muy difícil, se alegra de saber que los niños que recibieron los órganos pueden tener una vida normal y sobrevivir. “Tengo claro que después de todo mi hija vino a este mundo a dar. Pienso que las personas que se van donando órganos son muy especiales como lo es mi hija Paula”. Hoy en día el mensaje que Patricia le daría a las familias que tienen que tomar esa decisión es que hay que ponerse en el lugar del otro, “nunca sabes si tú puedes necesitarlo o algún hijo o familiar. Saber que se pueden salvar vidas donando es necesario. Nadie debe morir ni pasarlo mal si se puede evitar”. Además, valora el papel de las asociaciones de donantes “es muy importante porque a través de la experiencia pueden y ayudan mucho a enfermos que requieren trasplantes. También es fundamental su labor de concienciación en una sociedad cada vez más individualista”.

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