La regla de las 4 horas: el secreto de las personas exitosas

Destinar una hora por cada día de trabajo al desarrollo personal y profesional es una de las rutinas que más comparten los empresarios de éxito.

Esta regla es empleada tanto por Bill Gates como Elon Musk que pueden presumir de ser dos de los hombres más exitosos del mundo. ¿Cómo lo han conseguido? A veces han dado algún consejo que ellos mismos incorporan a sus rutinas, como la regla de las 5 horas, una técnica a la que recurren a diario para su desarrollo personal y profesional.

La regla de las 5 horas se basa en la inversión de al menos cinco horas a la semana en un aprendizaje voluntario. Es decir, leer activamente sobre nuevos temas o hacer diversas actividades durante una hora cada día de trabajo. El resultado: cada mes se dedican unas 20 horas al desarrollo personal y a adquirir nuevas habilidades y conocimientos.

Por supuesto, puede parecer difícil sacar tiempo tras un duro día de trabajo para dedicarlo a estas actividades y convertirlas en un hábito. Pero, según Thomas Corley, autor de Rich Habits, que analiza la rutina de más de 200 empresarios de éxito, muchos dejan de ver la tele y aprovechan los momentos en el transporte para escuchar audiolibros, por ejemplo.

Seguro que has pensado lo mismo que yo, una vez que eres un empresario de éxito, tienes más tiempo para dedicarle a ese tipo de hábitos. Por eso toda persona exitosa sabe controlar las tareas con las que rellena su tiempo. En ese se basa la técnica de las 4 horas, que como veréis es bastante sencilla.

De las 8 horas que supuestamente le dedicamos a nuestra jornada laboral, tenemos que protegernos 4 horas para dedicarlas a tareas de máxima rentabilidad. Tareas de máxima rentabilidad son aquellas que nos reportan un beneficio directo, específico y cuantificable. Dedicar 4 horas a este tipo de tareas es lo que nos permite avanzar en nuestros proyectos (profesionales o personales). 

Si en nuestro trabajo no tenemos definidas tareas específicas para realizar cada día, puede que terminemos la jornada laboral con la sensación de haber trabajado mucho, echado muchas horas, pero con haber avanzado en lo que quería o en lo que debía. Esto es porque hemos atendido cualquier petición de ayuda, consultas, llamadas telefónicas, reuniones sin planificar, etc, etc. Se nos ha ido el día volando y todavía tenemos un montón de cosas por terminar. Esto provoca que las jornadas laborales sean interminables.

Esto es debido a que no hemos protegido esas 4 horas diarias y no hemos decidido qué hacer en cada una de ellas. Para que eso no te pase toma nota y haz esto cada día:

  1. El día antes, define qué 4 tareas, de una hora como máximo cada una, vas a hacer.
  2. Protege en tu agenda la hora del día en la que vas a hacer cada una.
  3. Se fiel a tu planificación y durante el tiempo que haces estas tareas de máxima rentabilidad no hagas otra cosa.
  4. Repite esto cada día hasta que lo conviertas en un hábito.

 Al cabo de algunas semanas tu productividad habrá mejorado y podrás dedicarle tiempo al desarrollo personal o a jugar al golf si es lo que deseas.

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