Los autónomos, emprendedores dirigentes de Pymes o directivos de grandes empresas padecen estrés crónico pero no lo saben

Por Raúl Puig, presidente y CEO de SiArt

Existen una serie de principios inquebrantables que alguna vez hemos leído, escuchado o experimentado a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, a pesar de conocerlos, no somos capaces de aplicarlos y ésta circunstancia afecta directamente a nuestra salud presente y futura. Muchos de estos principios o leyes universales se pueden resumir en una sola frase: aquello que existe por dentro, existe siempre fuera. Lo que vive fuera, vive siempre por dentro.

El día a día de cualquier persona puede llegar a ser muy estresante. Todo depende del tipo de vida y de los hábitos a los que estemos sometidos. El estrés no son mas que emociones, pensamientos de alta intensidad, desafíos o demandas que experimentamos, a los que nos tratamos de preparar de forma física y psicológicamente para afrontar un peligro, una exigencia, un reto o simplemente para huir de él. Todos ellos están vinculados a altos niveles de carga de exigencia sobre nosotros mismos. Existen dos tipos de estrés, aquel que aparece de forma aguda y puntual, el llamado estrés positivo, y el estrés que se instala de forma permanente y no se quiere ir aún rogándoselo de rodillas. Este es el  estrés crónico. El estrés agudo o puntual nos ayuda a cumplir ciertos objetivos, es adaptativo a cada circunstancia, nos permite reaccionar con celeridad, y de él sacamos siempre un aprendizaje. Cuando afrontamos una situación de peligro o un desafío concreto, nuestro cuerpo libera adrenalina. La adrenalina es una sustancia que nos permiten afrontar de la mejor manera posible situaciones de este tipo de estrés agudo, nos ayuda a focalizar, y gracias a ella podemos reaccionar con una mayor rapidez para protegernos o huir. Siempre y cuando la liberación de la adrenalina, por parte de nuestro cuerpo, no sea exagerada. Sin embargo, el estrés crónico o negativo es tremendamente perjudicial para nuestra salud. Cuando aparece, lo hace de forma lenta y sigilosa. Poco a poco se va instalando de forma permanente, sin que nos demos cuenta de su existencia. Una vez instalado en nosotros, deshacernos de él no es nada fácil. No es adaptativo y no aprendemos nada con su presencia. Cuando el estrés es crónico, nuestro cuerpo libera cortisol de forma constante y ésta constancia de creación de cortisol, crea graves problemas en nuestra salud. Sencillamente se produce el caos en nuestro cuerpo: 

Dolores de cabeza. Somnolencia o insomnio. Aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca. Aparición de ansiedad o depresión. Variación de la motilidad intestinal (diarrea o estreñimiento). Alteración de la función de la memoria y falta de concentración. Problemas en la piel: acné, eczemas, psoriasis, etc. Pérdida o aumento de peso. Problemas de coagulación de la sangre y cicatrización lenta. Enfermedades inflamatorias y auto-inmunes.

¿Existe entonces una relación entre el Sistema Inmune y el Sistema Nervioso?

El responsable de tener bajo control todos los sistemas de nuestro cuerpo es el sistema inmunitario.

Y el sistema inmunitario y el sistema nervioso tienen una relación, compleja, pero la tienen. El estrés crónico produce una afectación del sistema inmune por culpa de su inhibición. Esto nos convierte en mucho más vulnerables ante procesos infecciosos por microorganismos oportunistas como infecciones de orina, otitis o cuadros catarrales. El estrés crónico disminuye la presencia y actividad de las células Natural Killer (asesinas en inglés) y disminuye siempre el número de células B (son las que producen anticuerpos). Las células B y Killer tienen una importantísima función en la defensa del organismo. Además, las células Killer nos ayudan en algo que muchos olvidan, y es en la prevención de enfermedades oncológicas. En el sistema nervioso cerebral se efectúan específicamente los procesos de inflamación para atraer a las células del sistema inmune, y de fagocitosis para ingerir y eliminar a los patógenos o a las células dañadas. Las células de la microglía, que son las responsables de estos procesos, y en ocasiones resultan perjudiciales para las neuronas. Nuestro estado mental es fundamental para nuestro estado de salud. Dependiendo de nuestra salud mental, seremos mas o menos propensos a generar enfermedades cardiovasculares, depresivas o incluso enfermedades auto-inmunes. 

Son muchos los empresarios de grandes multinacionales, de PYMES, autónomos o emprendedores en cuyos organismos se ha instalado el estrés crónico sin que ellos lo sepan. La sutilidad con la que se adhiere al cuerpo viene provocada por una serie de pensamientos que se traducen en emociones o sentimientos de origen negativo. La creencia de no estar cumpliendo con los objetivos, de no ser los mejores en el sector o trabajo, de no poder solucionar problemas o de quererlos solucionar lo antes posible, lo convierte en el ideal compañero negativo en el entorno laboral o familiar, afectando directamente al sistema nervioso. Además, esto se manifiesta en muchas de las acciones realizadas diariamente, en los actos, y  por supuesto, en cada una de las tomas de decisiones.  Aquello que existe dentro, existe siempre fuera. Lo que vive fuera, vive siempre dentro.

¿Qué hacer si el estrés crónico se ha quedado a vivir en nuestro cuerpo?

Lo primero de todo es reconocer aquello que nos provoca emociones negativas generadas por pensamientos de angustia y tensión diaria. A partir de ahí tratar de afrontar estos retos de forma sosegada, con la mayor calma posible, para que cada uno de nuestros actos y decisiones sean tomadas con mayor precisión. En la mayoría de los casos esta tarea no es nada fácil y se recomienda la búsqueda de un apoyo profesional en salud mental. Pero además de apoyarse en la terapia psicológica es fundamental una alimentación saludable y realizar ejercicios físicos regularmente. Todo ello nos ayudará a reducir cada uno de los estados de ansiedad. 

Recientemente la empresa helvética SiArt Swiss Company, que posee un comité científico de los mejores del mundo al servicio de la ciencia y sin ningún ánimo de lucro, ha lanzado al mercado un suplemento sin precedentes, JP Tró Extract IMMUNITY. Avalado con mas de 40 años de estudios científicos y 25 años de estudios clínicos, 100% natural y sin efectos secundarios. JP Tró Extract es un extracto de Polypodium Leucotomos (planta perteneciente a la familia de las Polypodáceas), único en el mundo. Y todo ello gracias a su metodología de elaboración que va desde la recolección específica de las plantas, pasando por la creación del extracto, hasta su etiquetado final. Además de poseer un extracto exclusivo de Polypodium Leucotomos, JP Tró Extract IMMUNITY posee en su formulación zinc, selenio y vitamina D. Tener un funcionamiento adecuado de nuestro sistema inmune es vital para nuestro organismo. Al ayudar a nuestros sistemas inmune celular y humoral, nuestros sistemas defensivos, estamos ayudando a nuestro organismo en: 

La reducción de los estados de depresión, la falta de descanso y el estrés crónico. Ayudamos a la toma de decisiones. Fortalecemos la acción inmunoduladora, y por lo tanto ayudamos a combatir enfermedades como la psoriasis, asma, diabetes, problemas cardiovasculares, musculares y articulaciones. Ayudamos a la prevención de enfermedades autoinmunes, y por otro lado,  a  la prevención  de enfermedades oncológicas, entre otras cuestiones. Ahora ningún emprendedor, autónomo, dirigente de PYMES o directivo de una gran empresa tiene excusa para no tratar de combatir al estrés crónico, ese que no se quiere ir de nuestro cuerpo y nos esta cobrando altísimos costes de vida.

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