Insistimos siempre en que nadie tiene una bola de cristal, por muy sesudas que puedan parecer las previsiones que se hagan, y en que, por lo general, los vaticinios suelen ser más agoreros de lo que los hechos demuestran posteriormente. Por tanto, aconsejamos ser cautos ante el constante bombardeo de malos augurios. Sin embargo, los…
